La actividad aerocomercial se encuentra en terapia intensiva
A la problemática que vive el sector aerocomercial desde la devaluación, en cuanto al incremento de costos y tarifas, se le agregó el escándalo del caso Southern Winds por las valijas que transportaron droga a España. En los últimos años cayeron Dinar y LAPA. SW marcha por igual camino y el grupo Marsans, que controla Aerolíneas, amenaza con vender las acciones. Opinan analistas técnicos y políticos.
BUENOS AIRES (ABA).- La actividad aéreo comercial en el país está en terapia intensiva y todo indica que si no se adoptan medidas urgentes y concretas el panorama en el corto plazo podría ser funesto, con la desaparición de las líneas aéreas de bandera nacional, como ocurrió en varios países de América Latina.
Esa es la conclusión a la que arribaron diversos analistas y operadores del mercado aéreo local, en un momento donde a la problemática que tiene el sector en cuanto a costos y tarifas, se le agrega el escándalo del caso Southern Winds por las valijas que transportaron droga a España.
Para ver qué panorama ofrece hoy la aeronavegación comercial en la Argentina, basta con mencionar que Aerolíneas Argentinas-Austral es la única empresa que está operando en forma regular hacia distintos destinos del país.
En los últimos cinco años, se cayeron compañías como Dinar, Lapa; y ahora SW, que hace una semana entró en convocatoria de acreedores.
A ello se suma ahora la decisión del grupo español Marsans, propietario de Aerolíneas Argentinas, de poner a la venta parte de las acciones de las empresa, sin descartar la posibilidad de desprenderse totalmente de la misma.
Paralelamente, se conoció un principio de acuerdo que logró el Gobierno para que LAFSA, la compañía estatal, sea adquirida por LAN Chile.
Pero además, dentro de esta telaraña en la que se ha transformado ese sector, SW recibía un subsidio del Estado del orden de los ochos millones de pesos mensuales.
De esta forma, la falta de lineamientos que tiene la actividad determinó que se estatizaran empresas, se mantengan subsidios y encima se constaten escándalos de corrupción como el de las valijas con drogas.
Son varios los factores que incidieron para que el país se encuentre ahora ante el peligro de no contar con una línea aérea de bandera nacional con servicios normales y regulares.
En primer término, la caída de la activida económica hacia fines de la década del 90 y la profundización de la crisis causaron enormes dificultades para estas compañías.
Esa situación se agudizó a partir de la maxidevaluación de principios del 2002, con lo cual los costos operativos para las empresas, combustibles, mantenimiento de las aeronaves, se multiplicaron por cuatro o cinco veces según los casos y los modelos de aviones utilizados.
Con esos costos, lo que se resolvió entonces fue la pesificación de las tarifas de los tickets, algo que se sigue manteniendo hasta el momento.
Encima, desde el año pasado el precio de los combustibles en el mercado internacional se incrementó en más de un 50%.
Ante semejante panorama, el Gobierno optó por continuar con el congelamiento de las tarifas pesificadas, otorgar subsidios, estatizaciones y no mucho más.
Esta realidad dejó en claro entonces la falta
de una verdadera política aerocomercial. Varios analistas y operadores de este mercado aseguraron que se deberían fijar reglas claras que orienten a fomentar la inversión en aeronaves e infraestructura, que se de más libertad al sector sin subsidios directos o encubiertos y que se establezca una redefinición de las precios de las tarifas del cabotaje aéreo.
«Aquí no hay ningún tipo de política aerocomercial y así nos está yendo. Es muy probable que si continuamos por este camino no quede ninguna empresa en pie y el Estado tampoco se podrá hacer cargo de mantener operativo las estructuras de las empresas», aseguró uno de los ejecutivos de Aerolíneas Argentinas, quien agregó que la compañía ha logrado resultados positivos gracias a los 25 destinos externos que tiene, en los cuales puede cobrar en dólares o en euros.
De todas formas, en esa empresa insisten en que no le temen a la competencia de LAN Chile, pero puntualizan que sigue sin aplicarse reglas claras «para todos los jugadores que hay en este mercado».
Por otro lado, en el sector se habla también de la necesidad de generar una reestructuración a nivel de las empresas, sosteniendo que en algunos casos se dieron sobredimensionamiento de personal y utilización de aeronaves que no están acorde con la realidad que vive el país (es decir de volar con turbohélice en vez de aviones a turbinas con elevado gasto), al margen que la economía registró un significativo crecimiento desde principios del 2003.
«Necesitamos que se implemente una verdadera política aerocomercial sin tanta intervención estatal. Esto debe hacerse pronto porque sino, es muy difícil que pueda quedar en pie lo que hoy todavía funciona», agregó otro ejecutivo de una empresa aérea.
En cifras
Todo este panorama puede graficarse claramente citando algunos números.
Por ejemplo, el grado de ocupación de las aeronaves era del 74 por ciento en 1999 mientras que en este momento se ubica en alrededor del 60 por ciento.
A su vez, la cantidad de pasajeros transportados también cayó desde fines de la década del 90.
Según las cifras del INDEC, en el cabotaje aéreo se transportaron en el 98 unos 6.684.000 personas, mientras que las estimaciones para el 2003 hablan de unos 4.500.000 pasajeros, es decir, un 45 por ciento menos.
A su vez, los ingresos de las compañías aéreas en forma global también se fueron reduciendo. Así se observa que en el 98 se registró un ingreso en las compañías de cabotaje de bandera nacional de 1.392 millones de pesos, en tanto que se estima para el 2003 que la cifra haya alcanzado un nivel de 980 millones aproximadamente.
Estas cifras dan muestra de una actividad que está en el ojo de la tormenta con graves falencias como es la falta de conexiones entre ciudades intermedias y capitales del país y normas que permitan una verdadera competencia entre precios y usuarios.
Se sabe que la actividad aerocomercial a nivel internacional está pasando un momento complicado, particularmente en América Latina, donde han desaparecido muchas compañías.
Sin embargo, la Argentina venía superando esa coyuntura en forma dificultosa, pero ahora el panorama aparece con frente de tormenta y turbulencias.
Nota asociada: Rodolfo Terragno (ex ministro radical de Obras Públicas): «El mercado está destrozado» Ariel Basteiro (diputado nacional por el Partido Socialista): Un opositor al ingreso de LAN Chile Kogan, ex secretario de Transportes: «Se necesitan medidas urgentes»
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