La actividad, en el peor momento

Lejos de acabar, la recesión no da tregua. Los datos oficiales muestran sectores de la industria, virtualmente paralizados.

El momento que atraviesa la actividad económica, no solo es el peor de la era Macri, sino que no se registraba un parate de semejantes proporciones desde la debacle económica y política de 2001/2002.
Lejos de toda apreciación política, la conclusión surge de los datos que arroja la estadística oficial. El informe sobre la “Utilización de la Capacidad Instalada” publicado por el Indec esta semana, reveló que la industria trabaja solo al 56,2% de su capacidad. En otras palabras, la mitad de las máquinas está parada. Los datos corresponden al primer mes del año, y significan una baja del 5,4% respecto al mismo mes de 2018. Pero tal vez el dato más duro, es que no se observaba un nivel de utilización tan bajo desde el 55,7% registrado a fines del año 2002, a la salida de la crisis.
Por otra parte, el informe oficial es elocuente al describir la situación sector por sector: existen rubros de la industria que se encuentran virtualmente paralizados. Es el caso de las automotrices, que trabajan al 15,7% de su capacidad, diez puntos porcentuales por debajo de enero de 2018. Las textiles trabajan al 31,4%, y la metalmecánica, al 38,4%.
El contraste es todavía mayor si se los compara con el registro de enero de 2016, al inicio de la actual gestión. En aquel entonces, la industria textil por ejemplo, trabajaba al 73,4%.
Al explorar las razones para tal dinámica, hay tres elementos excluyentes. El primero es sin lugar a dudas el efecto que genera un semestre completo de altas tasas de interés. En la visión del gobierno, la prioridad es contener el precio del dólar, pero la estrategia genera al mismo tiempo que las empresas pierdan el acceso al crédito. Ello lleva en muchos casos a preferir la liquidación de stock por sobre la producción. El caso emblemático es el automotriz.
El segundo elemento es la devaluación. Los insumos, la maquinaria y las partes que provienen del exterior, duplicaron su precio en 2018, lo cual complica la actividad en diferentes rubros.
Por último, un elemento determinante es el fuerte impacto que sufrió el salario real en 2018. El derrumbe del poder adquisitivo se tradujo en un derrumbe de la demanda. Cuando una situación como esa se sostiene en el mediano plazo, lo que sucede es que las empresas acumulan stock, lo cual fortalece en incentivo a la estrategia descripta anteriormente: parar las máquinas y vender lo acumulado.
El principal problema hacia adelante, es que no existen elementos que permitan avizorar una recuperación. Por el contrario, los indicadores hacen suponer que la situación se sostendrá, e incluso podría agravarse.

En números

56,2%
La utilización de la capacidad instalada de la industria durante enero de 2019. Es el peor registro desde 2002.
15,7%
La actividad en la industria automotriz, donde ya hubo 4.500 suspenciones.

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