“La actual Ruta 22 no tiene futuro”

Si nuestra dirigencia política hubiera sido sensata y al menos honesta, nunca hubiéramos tenido que sufrir y seguir soportando por muchísimos años la tortuosidad de la nefasta ampliación de la Ruta 22 a cuatro carriles en comparación con una nueva ruta por la barda norte, por ejemplo, que hubiera demandado la mitad del presupuesto en menos plazo de obras y sin ocasionar los inconvenientes que produce actualmente su lenta y ominosa construcción y le habría dado el correcto y seguro espacio al crecimiento poblacional hacia el norte. Pero claro, ésta sería una apuesta al futuro y ellos –supongo– necesitan réditos propagandísticos inmediatos, sin importar las consecuencias. Por ello tenemos además que tolerar desde el gobierno nacional, mientras vemos fútbol, avisos televisivos de la terminación de 25 kilómetros de autovía entre Chichinales y Godoy (en realidad son 20,5 kilómetros, total la gilada no sabe contar…). A su vez, nuestro gobierno provincial se ufana de ser el autor del proyecto y la obra y la oposición se adjudica el haber hecho esfuerzos por conseguir el dinero necesario. Recordamos que el 13 de agosto pasado venció el plazo contractual de obra de la primera etapa de la ampliación a cuatro carriles de la Ruta Nacional 22 en 20,5 kilómetros entre Chichinales y Godoy, que comenzó hace varios años. Sin embargo todavía está en ejecución el modificado cruce por toda Villa Regina. La errónea, dudosa y posterior solución de asfaltar la exigua superficie de 1,60 metros de ancho que separa ambos carriles de ida y vuelta sin ninguna protección debe haber sido la más económica pero es, por ende, la más peligrosa y ya han ocurrido accidentes lamentables. Por este nefasto proyecto, que ya sufrió modificaciones de importancia, se pagó en su momento un millón de pesos en forma directa. En la otra punta del proyecto (97,5 kilómetros en total) se reasfaltó desde fines del año pasado el tramo de nueve kilómetros entre Isla Jordán y Cipolletti, sin enterarse de que la ampliación completa contemplaba cuatro carriles. Cuando estuvo la presidenta este año anunció un futuro llamado a licitación por irrisorios nueve kilómetros entre Fernández Oro y Cipolletti. Finalmente este diario anunció licitaciones de todos los tramos restantes, repartidos en tres obras simultáneas con plazos de ejecución de dos años. Mientras tanto, nuestros vecinos neuquinos, desde un par de años y a costos razonables que sirven de comparación para lo que digo, ya culminan su autopista nueva por el norte. Si consideramos que en el 2005 se comenzó con esta lamentable y costosa ampliación, si alguna vez se termina habrán pasado más de diez años, con todas las molestias imaginables para los que utilizan esta colapsada ruta. Mientras tanto siguen sucediéndose accidentes viales de todo tipo que obligan a convocar a reuniones, a pedir rotondas y semáforos, al corrimiento de camineras, etcétera. Ésta es, quizá, la mayor culpa, aunada a la del excesivo mayor costo de la errónea y vetusta administración política respecto de la solución correcta y definitiva que hace 45 años espera y merece la ciudadanía que usa la colapsada Ruta 22. Hugo Luis Deangelis, DNI 5.509.500 – Roca

Hugo Luis Deangelis, DNI 5.509.500 – Roca


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