La AFIP denunció “trabajo esclavo” en Pomona

La dueña fue acusada además de intento de coima.

Se constató que en la chacra no había baños y que a los trabajadores no se les proveyó de camas, ni agua potable, ni cocina.

NEUQUÉN (AN).- La Delegación Regional de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) denunció ante la justicia federal un caso que consideran es el más grave detectado por el organismo en la región. Por lo encontrado acusaron a la arrendataria de un campo de “cohecho activo” y de mantener a 19 empleados en condiciones de “trabajo esclavo”, así consta en la denuncia judicial.

La denuncia fue presentada ante el juzgado federal de General Roca a cargo de Santiago Inchausti y se sustenta en el operativo realizado por los inspectores el miércoles pasado en un campo de producción de manzanas de Pomona.

Allí una mujer procedente de Clorinda, Formosa, y de ascendencia asiática, fue admitió ser la dueña de la plantación en donde se encontró a 19 empleados que, prestando servicios para ella, vivían “en condiciones que no se corresponden con las mínimas de higiene y salubridad indispensables para el ser humano”.

Entre los obreros de detectó a dos menores de edad de 16 y 12 años, siendo este último un ciudadano extranjero de nacionalidad boliviana que se encontraba además indocumentado. A su vez se detectó que todos se encontraban “en negro”, varios eran presidiarios y los restantes habían sido traídos por la empleadora desde Clorinda.

La denuncia comprende una amplia recopilación de las fotografías y filmaciones realizadas por los inspectores en las que se da cuenta de varias entrevistas.

Las filmaciones más impactantes son las protagonizadas por los trabajadores quienes fueron detectados viviendo en dos casas, con agujeros en los techos y en las paredes y sin vidrios. Además los inspectores constataron que en la chacra no había baños, no se les proveyó de camas, no tenían agua potable, ni cocina y debían bañarse en el canal de riego.

“Al principio nos metieron a dormir al secadero de pimienta. Estornudábamos y tosíamos y le pedíamos que nos saque de ahí, pero estuvimos un mes”, cuenta un trabajador en un video.

Los migrantes formoseños relataron que fueron traídos por la productora desde Clorinda, donde ella posee un comercio, con la promesa de vivir en una casa amueblada y cobrar 1.200 pesos por semana. Sin embargo, no sólo los sueldos no llegan hoy a los 300 pesos, sino que se les está descontando aún el pasaje de colectivo pagado por la productora quien admitieron “nos amenaza con echarnos y nos hace trabajar desde las 8 y hasta la madrugada”.

Con jornadas laborales de hasta 20 horas, se detectó junto a los obreros que era habitual la presencia de presidiarios ya que de acuerdo al relato de los testigos, “siempre hay entre 8 y 10 presos trabajando acá, juntando las manzanas del suelo”.

“Nos levantan a las 8 y trabajamos hasta que se hace de noche, ahí nos hacen ir a un galpón hasta la medianoche, y a veces hasta las cinco de la mañana”, relató uno de los obreros.

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