El índice que busca hacer visible la violencia machista

La primera encuesta nacional busca tener datos para dimensionar la problemática. Se puede participar hasta el 3 de septiembre.

El índice que busca hacer visible la violencia machista

El investigador Martín Romeo y la periodista Ingrid Beck presentaron la campaña nacional que busca definir el primer índice de violencia machista (www.contalaviolenciamachista.com). La iniciativa cuenta con el acompañamiento de especialistas de diferentes disciplinas, quienes confeccionaron un cuestionario online con 181 preguntas para cubrir el faltante de información oficial respecto a la problemática.

“Faltan datos para tener una dimensión del problema”, sintetizó Romeo acerca del proceso de documentación que se puso en marcha hace poco más de un mes. El investigador explicó que los organismos del Estado mantienen un déficit en cuanto a datos estadísticos, aunque reveló que se trata de una situación que se repite en otros países.

La periodista agregó que hace falta transparencia en los datos públicos y consideró que las mujeres son una “mayoría discriminada” frente a la falta de políticas públicas.

“Quisimos bucear en los orígenes para saber por qué se llega al femicidio”, explicó acerca de un proceso que también busca visibilizar situaciones cotidianas a las que está expuesta una mujer: “cuando un tipo te toca en un transporte público, cuando una mujer gana menos que un varón por el mismo trabajo, o cuando no podés decidir cómo parir”, enumeró.

Según Romeo algunas situaciones se van “naturalizando”, formando parte de un recorrido que, en los casos más graves, terminan en un femicidio. “Nadie se levanta a la mañana y decide matar a una persona. Antes seguramente le pegó, la insultó o la denigró”, opinó acerca de las distintas señales que componen los distintos tipos de violencia machista.

La encuesta se mantendrá vigente hasta el 3 de septiembre, es anónima y permite ser respondidas por tramos hasta terminarla. “Es algo que surgió en las pruebas”, dijo Romeo acerca de la sensibilidad del tema y el modo en el que afecta a cada encuestada.

“A veces dispara recuerdos que no son gratos”, entendió antes de revelar que, ante las continuas sugerencias, decidieron crear un instructivo para borrar el historial de visita desde cualquier navegador web y así garantizar la privacidad de las usuarias.

Martín Romeo explicó que se trata de un proyecto sin financiamiento de ningún tipo.
Marcelo Martínez

El rol del Estado

Ingrid Beck, quien se define como una feminista inorgánica, recordó como nació la convocatoria del NiUnaMenos tras la muerte de Chiara Pérez en mayo del 2015. Sin embargo, tras la multitudinaria marcha que se replicó en todo el país el 3 de junio del año pasado, pocas cosas han cambiado desde el gobierno nacional.

“Hay falta de protección de las víctimas por parte del Estado”, evaluó y dijo que, de todos los reclamos presentados, solo se cumplió con el Registro de Femicidios que dispuso la Corte Suprema que, en Río Negro, registra cero casos.

Los resultados de la encuesta podrían estar disponibles el 25 de noviembre en coincidencia con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. “La idea es que sea totalmente público”, agregó Romeo al definirlo como una herramienta para que cualquier ciudadano pueda pedir medidas al gobierno.


Mirando al sur

El feminismo es la lucha para que la diferencia sexual no se convierta en desigualdad social” (Marta Lamas, antropóloga mexicana).

El reclamo por los derechos de las mujeres no es algo nuevo para mí. No soy una paracaidista del feminismo. Siempre estuvo en mi agenda personal y profesional. Pero el 10 de mayo de 2015, un tuit de la colega Marcela Ojeda preguntándose hasta cuándo seguirían siendo asesinadas mujeres sólo por ser mujeres y la comunión casi desesperada con otras compañeras de oficio me insistió en que había que hacer algo más que difundir, comentar, escribir. Había que poner el cuerpo. Estar presente. Y, sobre todo, estar presente con otras y con otros.

Esa semilla brotó iracunda desde entonces. La necesidad de poner el cuerpo y de reclamar no sólo no se apagó sino que se reavivó con el pasar de los días y mucho más después de la multitudinaria, transversal y federal movilización del 3 de junio del año pasado bajo la consigna Ni Una Menos. Ese reclamo de la sociedad civil pidió basta de femicidios pero también puso el foco en la clave, en el origen: el machismo.

Porque Ni Una Menos es un movimiento contra la violencia machista. El 3 de junio de 2015 no fue una reacción impotente frente a los femicidios. Sirvió para explicar que el femicidio es el punto más trágico, visible e irreparable de una cadena a veces muy invisible de violencias. La enorme movilización generó debates, preguntas, cuestionamientos.

A mí y a muchas otras nos obligó a pensar cómo se explica el machismo. Y con sólo ensayar explicaciones, desnaturalizamos. Claro, todas tuvimos miedo alguna vez sólo por caminar por la calle. Muchísimos varones, feministas, interesados, se sorprendieron con las historias de las mujeres de su entorno más cercano: “Varias veces me mostraron el pito en la calle”, “Obvio que me apoyaron en el subte y en el colectivo”, “Todos los días dudo sobre qué ropa ponerme por si me dicen alguna grosería”, “Mi jefe me dejó sin tareas porque no quise salir con él”, “Me hicieron una cesárea porque justo ese día el obstetra atendía en el sanatorio”… Podría seguir y seguir… son todos ejemplos de las violencias cotidianas. De muchas de las que naturalizamos y demuestran la multiplicidad de dimensiones del problema.

Estoy convencida de que haber provocado estas conversaciones familiares, en las escuelas, en los lugares de trabajo, es de lo más valioso y trascendente de Ni Una Menos.

No estoy negando la trascendencia de las políticas públicas. No se trata de evitar la exigencia a los poderes del Estado. De hecho, un año después de la gran movilización, otra de las mismas dimensiones reclamó prácticamente lo mismo: no se anunció el Plan Nacional de Acción para prevenir, erradicar y sancionar la violencia hacia las mujeres; no se instrumentó la ley de patrocinio jurídico gratuito, no hay perspectiva de género en la composición de la Justicia ni en muchos de sus fallos; no existe protección para los hijos de las mujeres asesinadas; no se implementó el monitoreo electrónico para asegurar que los abusadores no violen las restricciones de acercamiento que impone la Justicia; siguen muriendo mujeres por abortos clandestinos; no existe capacitación ni sensibilización en las fuerzas de seguridad; no hay en varias provincias programas que asistan, protejan y acompañen a mujeres víctimas de la violencia machista, y no está garantizada la educación sexual integral con perspectiva de género en todas las escuelas del país.

También por eso volvimos a poner el cuerpo este 3 de junio en Congreso. Pero no es suficiente.

En diciembre del año pasado, Martín Romeo hizo una encuesta en Twitter. Preguntaba a mujeres y varones si alguna vez habían tenido miedo de ser violadas o violados. La inmensa mayoría de las mujeres respondió que sí. La inmensa mayoría de los varones, que no. Él mismo se espantó con las respuestas. Porque si bien el resultado es muy sesgado (por su timeline, por la red), le indicaba de algo que muchas de nosotras dábamos por descontado: todas tuvimos miedo alguna vez de ser violadas.

Entonces sumamos esfuerzos y este 3 de junio, a un año de la convocatoria que llenó plazas y calles de todo el país, lanzamos algo bastante ambicioso: el Primer Índice Nacional de Violencia Machista. El título de la campaña es “Argentina cuenta la violencia machista”. Trabajamos colaborativamente con especialistas de diferentes disciplinas y armamos un cuestionario que incluye preguntas sobre las distintas violencias (social, física, psicológica, obstétrica, simbólica, económica, sexual, reproductiva, filiar). La pretensión es que sea respondido por la mayor cantidad posible de mujeres de todas las edades, niveles socioeconómicos y educativos, regiones, provincias y lugares de residencia. El cuestionario está disponible hasta el 3 de septiembre en la página niunamenos.com.ar y en el subdominio contalaviolenciamachista.niunamenos. com.ar. Es anónimo, multiple choice y se puede responder por etapas. Hasta ahora, ya respondieron más de 46.000 mujeres y, cuantas más mujeres respondan, más representativo será el índice.

“La completé, descubrí situaciones que no identificaba como violentas, me dio vuelta la cabeza y el alma”, contó en Twitter una mujer que respondió el cuestionario. “Esta noche duermo pensando que mi objetivo en esta vida será que nuestras hijas y las hijas de mis hijas sean #NiUnaMenos”.

Todas tuvimos miedo alguna vez sólo por caminar por la calle. Muchísimos varones, feministas, interesados, se sorprendieron con las historias de las mujeres de su entorno.

Estoy convencida de que haber provocado estas conversaciones familiares, en las escuelas, en los lugares de trabajo, es de lo más valioso y trascendente de Ni Una Menos.

Datos

Todas tuvimos miedo alguna vez sólo por caminar por la calle. Muchísimos varones, feministas, interesados, se sorprendieron con las historias de las mujeres de su entorno.
Estoy convencida de que haber provocado estas conversaciones familiares, en las escuelas, en los lugares de trabajo, es de lo más valioso y trascendente de Ni Una Menos.

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