La ayuda llegó a Anecón Grande y para los pobladores fue una fiesta

El paraje está ubicado a unos 30 kilómetros de Clemente Onelli. Está habitado por 27 familias mapuches que subsisten con pequeños rebaños.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Anecón Grande recibió con alegría el cargamento de ropa y alimentos donado por vecinos de Bariloche y el club Boca Jr. para paliar la marginación de los pobladores y ayudarlos a «pasar un poquitito mejor el duro invierno».

La pobreza cotidiana que las familias del alejado paraje soportan casi en soledad, pareció desvanecerse el sábado cuando la mayoría de los habitantes del lugar se dieron cita en la escuela para recibir los víveres y vestimentas.

La cruzada solidaria iniciada en el 2001 por un grupo de empleados de una empresa de telefonía se extendió a toda la sociedad de Bariloche en mayo pasado, a partir de una dolorosa carta que envió la maestra y directora de la escuela primaria 197, Silvina Frias, al «club de los amores Boca Junior». En la misiva, donde relataba la «marginalidad extrema» de Anecón Grande, pedía zapatillas y elementos de educación física para sus alumnos, fanáticos de la agrupación xeneize que soñaban con tener una camiseta de su club.

El rápido reflejo solidario de la institución deportiva, que donó tres cajas con indumentaria de primera división, fue acrecentado con el aporte de una importante cantidad de vecinos de esta ciudad. El cargamento fue transportado hasta el paraje en vehículos particulares y de la empresa Telefónica.

Pese a que el ciclo lectivo rural concluyó el 15 de mayo, el establecimiento se abrió especialmente para la ocasión y adquirió un clima festivo inusual. En el único aula, el reparto fue ordenado meticulosamente por Frías, quien cuidó de que «nadie se quede sin recibir lo suyo», mientras afuera en el patio se preparaba un asado comunitario para celebrar.

«Esta fue una gran ayuda, llegaron muchas más cosas de las que esperábamos» , señaló con agradecimiento la maestra, todavía asombrada por la repercusión de su carta. «Esto es una fiesta inesperada, más en esta época del año que nadie se acerca a Anecón», enfatizó.

El paraje, ubicado 30 kilómetros al sur de Clemente Onelli, está habitado por 27 familias de origen mapuche dispersas en una extensa y árida geografía que subsisten con pequeños rebaños de ganado lanar y yeguarizo.

Fabián Ñancucheo, presidente del Concejo Municipal de Jacobacci y responsable de la asistencia social en la región, explicó que «acá hay un problema generacional fuerte y también cultural, hay familias que tienen apenas 15 chivas» (ver aparte).

En abril recibieron la leña del plan Calor, 300 metros cúbicos en total para pasar el invierno, pero todavía no llegaron los módulos alimentarios que la provincia distribuye cada año para reforzar las pocas provisiones de los pobladores. «Este es el primer año que no llegamos a tiempo con los módulos y para peor la gente no cuenta con mercaderías de reserva, si la ayuda no llega pronto no van a tener que comer» reconoció Ñancucheo.

Un profundo amor por la tierra

Los viejos pobladores de Anecón Grande aman sin límites la tierra que habitan y pese a la dureza del invierno que los obliga a recluirse en sus viviendas durante casi cinco meses y la aridez de la geografía, no imaginan la vida en otro lugar.

Dalmacio Días nació y se crió en el paraje del que partió en su juventud para probar suerte en Bariloche y Comallo. La experiencia vivida y el choque con otra cultura lo devolvió a su tierra de la que hoy, con 59 años, asegura que es el mejor lugar para vivir.

«En el pueblo para todo necesitas esto», explica mientras alude al dinero con inconfundible gesto. «Además, en el pueblo se extraña la carne. Acá algún animalito tenés o matás una liebre y ya tenés carne, pero en el pueblo si no tenés esto -repite el gesto- no tenés nada» explicó Dalmacio.

Teresa Prafil nació en Anecón Grande hace 78 años y nunca se alejó de la que «es nuestra tierra». Pero su amor no la hace inmune a los padecimientos que impone la crisis económica, «estamos muy mal, si no llega la comida no se qué vamos a hacer». (AB)

La mayoría de los niños crece con sus abuelos

Al igual que otros parajes y poblados de la Línea Sur, la economía de Anecón Grande involucionó en los últimos 30 años, merced al avance de la desertificación y la caída del precio de la lana, llevando a sus pobladores a depender del asistencialismo para subsistir.

La mayoría de los habitantes de éste alejado paraje son niños y ancianos que viven en núcleos familiares atípicos y obtienen su sustento de los reducidos rebaños de chivas, ovejas y caballos que poseen. De acuerdo al relevamiento realizado por la maestra, Silvina Frías, solo el 30 por ciento de las familias están normalmente constituidas ya que en el 70 por ciento restante, los niños fueron dejados en manos de sus abuelos por madres solteras que debieron emigrar a los poblados cercanos en busca de un mejor sustento.

También la desnutrición está presente en Anecón, aunque sus índices son moderados. La maestra detalló que «tengo dos alumnos que sufrieron desnutrición prenatal y hay dos familias con problemas de nutrición» que son controlados periódicamente por la médica que llega desde Comallo.

Fabián Ñancucheo explicó a «Río Negro» que «hoy en día es muy difícil plantear un plan productivo por el problema cultural y generacional que hay en Anecón Grande».

El responsable de la asistencia social en la región cifró expectativas en la posible aplicación de los planes forestal y ganadero de la provincia para remontar la economía del lugar y recuperar «la cultura de trabajar la tierra que se perdió con la esquila».

También la maestra reconoció la necesidad de plantear una reconversión de la economía del lugar al analizar con tono crítico la asistencia recibida. «Yo les expliqué a los chicos que la asistencia no es la solución pero puede ser el inicio para que el día de mañana podamos depender de nuestra propia producción» , dijo Frías. (AB)

foto: La economía del lugar involucionó en los últimos 30 años. El avance de la desertificación y la caída del precio de la lana provocaron la caída.


SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Anecón Grande recibió con alegría el cargamento de ropa y alimentos donado por vecinos de Bariloche y el club Boca Jr. para paliar la marginación de los pobladores y ayudarlos a "pasar un poquitito mejor el duro invierno".

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