La biblioteca de Alejandría está casi vacía, aunque virtualmente repleta

ALEJANDRíA (DPA).- Casi dos años después de su apertura, la reconstrucción de la antigua biblioteca en Alejandría se convirtió en la mayor atracción turística de la ciudad. Cientos de personas se acercan cada día a la Biblioteca de Alejandría, que parece un gigantesco disco plateado. Grupos de japoneses y alemanes se toman fotos delante de la fachada gris de granito en la que hay cincelados caracteres de todo el mundo. Y alumnos con sus maestras admiran la arquitectura de la sala de lectura, cuyo cielo raso de cristal y aluminio es sostenido por columnas inspiradas en el Antiguo Egipto. Desde la inauguración, se acercaron más de un millón de visitantes.

Según los críticos, peregrinan hacia un decorado vacío. En la sala de lectura, hay enormes huecos en las filas de libros. La biblioteca tiene espacio para ocho millones de volúmenes. Hasta ahora sólo hay unos 250.000 en sus estanterías. Y el depósito está completamente vacío. La razón: para el director general Ismael Serageldin, arquitecto y ex vicepresidente del Banco Mundial, los libros no tienen prioridad. «Sentarse a leer un libro es un pensamiento maravilloso, pero el futuro pertenece a la información digital», dice su portavoz Ayman Al Amir.

Científicos y estudiantes pueden consultar en la biblioteca millones de libros artículos de revistas online, explica Al Amir. Además, pueden consultar un archivo de Internet, en el que están guardadas diez mil millones de páginas de la red. También hay un catálogo de libros prohibidos y una colección de documentos antiguos.

«Internet es útil cuando se busca una respuesta a una pregunta concreta», comenta el profesor de bioquímica de la Universidad de Alejandría, Mohamed Helmy. «Pero si uno necesita un pantallazo sobre un tema determinado, un libro es mejor». La estudiante de arte Ola Alaa al-Deen sostiene: «Mi materia en realidad sólo se puede aprender de los libros». Ser un lugar de lectura y estudio es sólo una de las metas de la biblioteca, construida con 200 millones de dólares, de los cuales la mitad provinieron de donaciones del exterior. «La Biblioteca de Alejandría es un puerto de la vida cultural y científica», dijo Al Amir.

«Desde su apertura hubo más de 500 eventos en el centro de conferencias perteneciente a la biblioteca». En un plane

tario, se explica el mundo de las estrellas. Y en tres galerías hay espacio para exposiciones. También un grupo de teatro, una orquesta y un ballet infantil forman parte de esta «ventana al mundo» de Egipto. En la antigua biblioteca había en su momento 700.000 rollos de papiro con todas las obras significativas de esa época. «Los empleados las copiaban una y otra vez para preservarlas, hasta que la biblioteca se quemó en la guerra en el siglo IV», dice Hans-Peter Geh, ex director de la biblioteca de Stuttgart y miembro del consejo administrativo de la Biblioteca de Alejandría. «Los libros que hay por ahora son exclusivamente donaciones».

Por lo tanto, en las estanterías al lado de grandes obras de la literatura y la ciencia también hay muchos libros mediocres. «Para mí cada libro es valioso», dice Al Amir. «También aceptamos revistas, incluso si existe sólo un único número». Por presión del consejo de administración, la Biblioteca de Alejandría nombró recientemente expertos para ocuparse de las adquisiciones de libros. «La biblioteca dispone de un millón de dólares al año para comprar libros», dice Al Amir. «Eso es más que cualquier otra biblioteca de Egipto».

En internet la dirección de la biblioteca es www.bibalex.org.


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