La brigada de control, lejos de lo prometido

CIPOLLETTI (AC).- ¿Quién recuerda hoy que en algún momento se creó una Brigada de Control de Transporte Público en Cipolletti? Ni siquiera ese nombre se instaló en la comunidad, aunque sí se pusieron en marcha los seis puestos fijos de prevención policial que contemplaba. Sitios que ni los taxistas respetaron ni la Policía pudo mantener como se propuso inicialmente.

Esta «Brigada» fue la respuesta que se encontró para brindar mayor seguridad tras el asesinato del taxista de Cipolletti José Vázquez. Los «tacheros» de la región mantuvieron sitiada a la ciudad en reclamo de mayor seguridad hasta que lograron este «compromiso» del gobierno provincial el primero de febrero de 2007.

A pedido de los choferes, se crearon seis puestos: en Circunvalación y ruta 151, en Illia y Perón, en Puente de Madera, en Puente 83, en acceso a Isla Jordán por ruta 22 y en la actual delegación de Tránsito, cerca de los puentes carreteros.

«Tendrán dos efectivos por guardia», se informó cuando el sector ardía de indignación por el homicidio de Vázquez, quien apareció calcinado en la zona rural de Allen. Supuestamente los puestos iban a actuar como una especie de cerco para controlar taxis y micros. Pero no resultó.

En los primeros tiempos se veía que los taxistas se detenían en estos lugares e informaban a los uniformados hacia dónde iban y con qué cantidad de pasajeros. Pronto les resultó «incómodo» detenerse. Hasta que dejaron de hacerlo.

Hoy se los ve pasar directamente sin dar dato alguno. Y «el» policía, porque sólo quedó uno por guardia no dos, tampoco exige esa información. Ya no tiene en sus manos la planilla donde registraba todos los movimientos del transporte público, como se había ideado.

Los puestos no tuvieron la respuesta esperada en ningún sentido y es por eso que en algunos sectores se menciona que tarde o temprano irán desapareciendo, como ya ocurrió con el que estaba en Illia y Perón y está sucediendo con el de ruta 151 que sólo se mantiene en alguna ocasión especial, no en forma permanente. Tampoco en el de Isla Jordán se ve personal las 24 horas.

En Puente de Madera la situación es crítica porque el uniformado está solo, en un sector desprotegido y únicamente resguardado con una casilla de madera, sin calefacción apropiada. Lejos, muy lejos de lo que se había prometido.


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