La CIA, con más poder que nunca
Por Thomas Müller
Los atentados del 11 de setiembre fueron el mayor shock y el peor ridículo que debió soportar la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en toda su historia. El principal organismo de inteligencia no había recibido indicio alguno de los preparativos del ataque, que duraron varios meses, y las críticas arreciaron.
Pero ahora, la CIA está en la primera línea del frente en la guerra norteamericana contra el terrorismo internacional, y sufrirá también la mayor reorganización de su historia para que su eficiencia esté a la altura del nuevo desafío. El presidente Bush redobló su respaldo a la CIA y le confió el encargo, según el «Washington Post», de localizar al líder terrorista Osama ben Laden y asesinarlo. Fue precisamente una unidad de la CIA la primera avanzada de las fuerzas estadounidenses en pisar suelo afgano, el 27 de setiembre.
Para contentar a los políticos estadounidenses, la CIA reforzó masivamente su centro antiterrorista, que coordina todas las operaciones de inteligencia dentro del país. Antes del 11 de setiembre, el centro contaba con 300 colaboradores, ahora suman unos 900.
Asistimos, pues, al verdadero renacimiento de la CIA. Pese a sus recientes y estrepitosos fracasos, el Congreso le sigue otorgando multimillonarios recursos. Y estudiantes con formación de primera línea que hace poco aspiraban a fundar su compañía en Internet, hacen cola en Langley para responder a la búsqueda de personal que la CIA espera atraer con jugosos salarios. (DPA)
Los atentados del 11 de setiembre fueron el mayor shock y el peor ridículo que debió soportar la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en toda su historia. El principal organismo de inteligencia no había recibido indicio alguno de los preparativos del ataque, que duraron varios meses, y las críticas arreciaron.
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