La crecida cubre a Sauzal Bonito y esperan otro golpe

En las próximas horas la situación puede agravarse. Múltiples tareas para atender la emergencia.

SAUZAL BONITO (enviado especial, Néstor Mathus).- «¡Nunca se sabe hasta dónde puede llegar el agua!. Nosotros estamos tranquilos… y preparados. Si hay que salir para arriba, salimos». José Urbina, con su esposa y cuatro hijos de entre 14 y 2 años es uno de los vecinos que ocupa una de la treintena de viviendas que hay sobre el lado sur de la única calle de este paraje, apretada contra la barda. Amenazante, incontenible y con una fuerza brutal, avanzaba y retrocedía el río Neuquén ayer por la tarde. La crecida máxima se esperaba para las próximas hora, quizás en la madrugada de hoy.

La actitud serena de José se repetía en el resto de los pobladores. «Esta vez es muy distinto a 2006, cuando la suba del río nos tomó por sorpresa y poco y nada pudo salvarse. Ahora no, hace tres días que recibimos apoyo y, como ven, estamos asistidos por mucha gente», añadió Urbina, quien terminaba de cortar leña con una sierra que distribuidas por las camionetas 4×4 oficiales.

El despliegue del personal de Defensa Civil, Bomberos, Policía y el Ejército, es incesante y se trasuntaba la lógica preocupación por el nivel que finalmente podría alcanzar el río. Los pronósticos advierten que la crecida sería entre anoche y la madrugada de hoy. Y sobraban los motivos para estar alerta: seguía lloviendo copiosamente, bajaba la temperatura y, fundamentalmente, el río se mostraba impredecible. Por la mañana había subido el nivel sumergiendo corrales, algunas herramientas y maquinaras, un tractor y un desvencijado camión. Arrinconaba los animales contra la barda y cubría los patios y potreros.

Al mediodía el nivel bajó sensiblemente, pero a mediatarde volvió a crecer y la corriente bramaba entre las empalizadas de los cercos y los árboles, inundaba la calle del pueblo -la bloqueó en dos partes para rodados chicos- y se «comía» los terraplenes.

«Estamos bien, con todos los aspectos previsibles cubiertos. Lo único que nos está faltando son las garrafas de gas, pero me avisaron que ya están llegando. Leña hay y tenemos la asistencia de los organismos que nos dan tranquilidad», dijo Ariel Godoy, el presidente de la comisión de fomento.

Godoy fue abordado en la carpa de estructura tubular que se montó para, si era necesario ante una eventual evacuación, trasladar a los vecinos que permanecían en sus casas. Acababa de llegar desde Cutral Co, donde había ido a gestionar algunos elementos, y el barro rojizo le cubría hasta los tobillos.

«Se tomaron las previsiones posibles, se trabajó bien… Lo único malo es tener que soportar a esta gente, que no sé a qué vienen», añadió Godoy. La bronca era contra el apoderado legal del propietario de los terrenos donde está emplazado el paraje, con quien mantuvo un a violenta discusión. En lo alto de la barda más de un centenar de efectivos del Ejército había montado una docena de carpas de campaña, en las que funcionaban el centro de operaciones -concentró desde frazadas a alimentos-, un centro de comunicaciones y otras dependencias para atender la emergencia.

«Está todo dentro de lo previsto. Trasladamos vecinos a sectores más seguros, pero otros se resisten a abandonar sus casas. Igualmente, tenemos todo listo para ayudarlos», dijo el mayor del Ejército José Eduardo González.


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