La crisis avanza hacia la huelga

Actualizado a las 20:15

París (Télam-SNI).- Los sindicatos y universitarios franceses decidieron hoy convocar a una nueva jornada de protesta el martes 28 de marzo y a huelgas parciales, ante la decisión del gobierno de no retirar el proyecto de flexibilización laboral, pero sí abrir el diálogo para «mejorarlo». De este modo, los sindicatos decidieron aumentar un escalón en la presión hacia el gobierno del presidente Jacques Chirac y su primer ministro, Dominique de Villepin, autor del cuestionado Contrato de Primer Empleo (CPE), pero sin convocar aún a una huelga general, informó la agencia Europa Press.

La reunión de los gremialistas y representantes estudiantiles se inició a las 17 (local, 13 de Argentina), una hora antes, Villepin había apelado «al sentido de la responsabilidad» de los sindicatos para no llegar al extremo de un paro general. Al final, el frente anti-CPE prefirió una «solución intermedia, con la convocatoria de paros parciales, que seguramente afectarán en mayor medida al sector público», informó la mencionada agencia.

Antes de la reunión de hoy Bernard Thibault, el líder de la Confederación General de Trabajadores (CGT), señaló que «si nada pasa propondremos un día de preparaciones para una huelga general en los próximos días. Las condiciones están dadas para que sea un éxito». Las organizaciones sociales enfrentadas al proyecto oficial del CPE entienden que supone una precarización laboral, ya que para jóvenes de hasta 26 años permite durante dos años el despido sin indemnización y con preavisos de sólo 15 días.

Villepin insistió hoy en que no dará marcha atrás en su iniciativa laboral, como reclaman los sindicatos y las entidades estudiantiles, que el sábado protagonizaron concentraciones gigantes en todo Francia, con alrededor de 1,5 millones de personas en las calles de las principales ciudades del país. Sin embargo, el ministro se mostró dispuesto a «dialogar» y reconoció que su iniciativa es «perfectible».

«Espero que bien pronto podamos encontrarnos todos juntos para avanzar y responder a las preocupaciones», afirmó el jefe del Gobierno, que intentó reunirse con los líderes estudiantiles de la revuelta, pero sólo pudo hablar con algunas organizaciones mayoritarias. Las más importantes, como la UNEF o la Confederación Estudiantil, boicotearon la reunión. En la misma línea que Villepin, el presidente Chirac volvió hoy a pedir a los sindicatos que acepten volver a la mesa de negociación para analizar la posibilidad de «mejorar» los nuevos contratos flexibles para jóvenes.

El centroderecha, a su vez, comienza a fracturarse, ante el riesgo de una próxima huelga general y los riesgos electorales de esta pulseada con la sociedad. El ministro del Interior y posible candidato conservador a las elecciones presidenciales de 2007, tomó distancia de la postura de Villepin al decir que el retiro del CEP «es una decisión que depende exclusivamente del primer ministro». «Me reuní con él ayer y le ofrecí mi punto de vista», apuntó Sarkozy, durante una visita a Córcega, «pero permítanme que me reserve el contenido de la conversación», dijo a la prensa.

«Con los estudiantes hay que mantener siempre una vía de diálogo. Precisamente porque estamos seguros de nuestras convicciones hay que dialogar. Es esencial. Francia lo necesita», declaró el ministro en una desautorización implícita de la dureza empleada por el primer ministro, su posible contendiente como precandidato conservador. En tanto, la Coordinadora Nacional de Estudiantes contra el CPE decidió ayer fijar dos jornadas de protesta, que se celebrarán mañana y el próximo jueves.

Además, entre 50 y 60 de las 84 universidades existentes en Francia permanecen bloqueadas o son escenario de protestas. Mientras la crisis se prolonga, el Gobierno sigue perdiendo apoyo en la opinión pública, según una encuesta difundida hoy por el periódico de izquierda Liberation. Sólo el seis por ciento de los consultados apoya el CPE tal cual lo ha elaborado el Gobierno, en cambio, el 73 por ciento cree que es necesario retirarlo (35 por ciento) o modificarlo (38 por ciento).

En tanto, un miembro del sindicato SUD, de 39 años, está hospitalizado en coma por las heridas sufridas en los enfrentamientos con la Policía tras la manifestación del pasado sábado. Los médicos hablan de «pronóstico reservado» y la vida del trabajador podría estar en peligro. El sindicato SUD acusó a las «fuerzas del orden» de una violenta carga que habría sido la causa de las heridas sufridas por esta persona.

Se trata de una situación «escandalosa», según SUD, que acusa también a las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS, fuerzas antidisturbios) de «no haber llamado a los servicios de socorro». En cambio, el sindicato policial «Alliance» dijo sentirse «escandalizado» por estas críticas y recordó que se ha abierto una investigación que todavía no ha presentado resultados. Además, este sindicato recordó que la actitud de los manifestantes, en muchos casos, es «ultraviolenta».


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