La crisis jaquea a la comuna de Loncopué

LONCOPUE (AZ).- La aguda crisis financiera que aqueja al municipio de Loncopué amenaza, a corto plazo, con tornar inviable su administración. Todos los meses se produce un desfasaje cercano a los 40.000 pesos, entre los fondos que ingresan en concepto de coparticipación y los que se erogan en sueldos.

La ecuación negativa se prolonga a partir de descubiertos en el banco y giros extraordinarios de la provincia. Sin embargo, el intendente justicialista Raúl Parra aseguró que «es imposible ajustar más» y advirtió que el despido de personal acarrearía «un conflicto más grave». Por su parte, desde el Concejo Deliberante los ediles de su partido lo acusan de «engrosar la cantidad de puestos políticos» mientras el sector comercial se debate entre la depresión económica.

Con los teléfonos cortados por falta de pago y una porción mayoritaria de los trabajadores en estado deliberativo por el atraso en el pago de los sueldos, la comuna de Loncopué atraviesa una tormenta de oscuro pronóstico.

Sus cuentas se mantienen en rojo desde hace varios meses y sobrevive con el respirador artificial que le otorga la autorización de tomar créditos en descubierto en el banco provincial más algunas partidas del gobierno central.

Los poco más de 100.000 pesos que recibe de coparticipación mensualmente son insuficientes frente a la masa salarial que originan los 250 empleados de planta permanente y contratados.

«Es cierto que las cifras son negativas pero esta es una situación que viene de larga data», se excusó Parra en diálogo con este diario. «De todos modos es imposible impulsar un solo ajuste más porque implicaría despidos y con la situación actual se generaría un conflicto social muy amplio», agregó el intendente.

Más allá del serio problema financiero, las desavenencias entre Parra y los concejales de su partido son indisimulables. «Creemos que se aumentó en forma desmedida la planta política sin que existiera ninguna razón valedera» apuntó la titular del Concejo, Susana Llambí.

La edil también detalló que «hace algunos meses le autorizamos la toma de fondos en descubierto con la obligatoriedad de reducir gradualmente el pasivo, pero esto nunca se cumplió». Además indicó que «no planteamos dejar gente sin trabajo pero sí congelar los ingresos».

Hasta el jueves al mediodía los haberes de los trabajadores no habían sido depositados y el malestar era tan evidente que más del 60% se mantenía con retención de servicios.


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