La cumbre peligró hasta el último momento
Sharm el Sheikh, Egipto (EFE).- La exigencia de Yasser Arafat del levantamiento del asedio israelí y la negativa de Ehud Barak a permitir que una comisión internacional investigue las causas de la violencia estuvieron a punto de hacer fracasar la cumbre de Sharm el Sheij.
El empecinamiento del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Arafat, y el del primer ministro de Israel, Barak, mantuvo a todos en vilo, y todavía al mediodía de ayer nadie apostaba a un resultado positivo.
«Los temas de seguridad van bien, pero siguen atascados, sin progreso, en lo referente a la comisión de esclarecimiento», sobre los motivos que provocaron el levantamiento popular palestino, se decía al iniciarse la segunda jornada de reuniones.
Pero el principal patrocinador de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, también volvió a mostrarse como un testarudo mediador, que no estaba dispuesto a regresar por la tarde a su país sin haber conseguido un acuerdo que pudiera presentar como un éxito.
Clinton empezó el día tal como lo había concluido pocas horas antes, a las tres de la madrugada: con entrevistas por separado con Arafat y Barak.
La delegación de Barak deseaba impedir, a toda costa, internacionalizar el comité que debía definir responsabilidades del porqué se desató la imparable ola de violencia que en las últimas dos semanas ha causado más de un centenar de muertos palestinos, y de siete judíos.
La influencia del presidente norteamericano resultó esencial para pactar, finalmente, que en el mecanismo de esclarecimiento de los hechos, junto a las partes implicadas y EEUU, también participara, al menos, la ONU.
Arafat y sus negociadores se habían presentado a la cumbre sin abandonar sus exigencias iniciales de que la comisión investigadora tuviera carácter internacional, y del inmediato levantamiento del asedio de las tropas israelíes a los territorios palestinos.
La última jornada fue un frenético esfuerzo diplomático de todas las delegaciones, en busca del ansiado acuerdo, que se llegó poco después del mediodía. Así lo reconoció el propio Clinton, en el anuncio de los logros de la cumbre, convocada por el presidente egipcio, Hosni Mubarak. También realizaron intensas gestiones el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el responsable de política Exterior de la Unión Europea (UE), Javier Solana y el rey Abdala II de Jordania.
Ellos fueron testigos del esperado apretón de manos entre Arafat y Barak, que no pudo ser público, como en otras ocasiones, porque no había cámaras delante.
EE. UU. «supervisará» el cumplimiento del pacto
Jerusalén (EFE).- El primer ministro israelí, Ehud Barak, afirmó que el gobierno de Estados Unidos supervisará el cumplimiento del acuerdo para el alto del fuego entre israelíes y palestinos.
Para alcanzar esos objetivos se pactó una serie de «entendimientos en asuntos de seguridad» que se depositaron en manos del presidente Clinton, agrega Barak
Barak ordenó a las autoridades militares levantar de forma paulatina las restricciones y castigos impuestos a los palestinos y, al cabo de 48 horas, si cesara la violencia, evacuar las tropas y los tanques que desde el jueves pasado mantienen cercados a unos tres millones de palestinos en Cisjordania y la franja de Gaza. Anoche se reunían los equipos de seguridad de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Antes de la evacuación de los blindados, las autoridades militares levantarán el bloqueo en los pasos de Rafah, entre Gaza y Egipto, y el puente Allenby, frontera entre el enclave palestino de Jericó y Jordania, según informaron fuentes israelíes.
«Los ciudadanos israelíes no van a aceptar otro acuerdo con Arafat, quien hasta la fecha firmó cuatro de ellos con Israel y no cumplió ni uno solo», dijo Josué Mor Iosef, colono de Cisjordania, quien acusó a Barak de «olvidar a los soldados quemados en la noche en que incendiaron las sinagogas» en Naplusa y Jericó.
Lo mismo afirman personalidades de la derecha israelí, como el diputado y general retirado Rejabam Zehevi, del frente de la Unión Nacional, que llamó a Barak a mantener el bloqueo y los tanques israelíes «pues estamos acostumbrados a que Arafat no cumpla los acuerdos».
El diputado árabe Taleb a-Sana, uno de los diez legisladores de la minoría árabe en el Parlamento israelí (Kneset), estaba entre los que definieron el acuerdo logrado en la cumbre del mar Rojo como «un gran fracaso». (EFE)
A qué se comprometen
La cumbre de Sharm el Sheij logró una declaración pública de ambas partes para pedir el cese de hostilidades y lograr que se vuelva a la situación previa al 28 de septiembre , cuando una visita del líder derechista israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén desataba el levantamiento palestino.
Estos son los principales compromisos a los que llegaron las partes en el encuentro:
•Ambas partes se comprometen a gestionar el fin de la violencia en los territorios palestinos y Jerusalén.
• Barak promete el desbloqueo de las zonas autónomas palestinas, cercadas por el Ejército israelí, la retirada de las tropas israelíes a sus posiciones previas al 28 de septiembre y la reapertura del aeropuerto palestino de Dahaniya, en la franja de Gaza.
• Al mismo tiempo, prevé que se restablezca la cooperación en materia de seguridad entre ambas partes.
• Prevé la creación de una comisión para esclarecer las causas del levantamiento e impedir «que situaciones similares puedan repetirse en el futuro». La composición de la comisión ha sido uno de los puntos más espinosos Finalmente se acordó que ese órgano estará integrado por representantes palestinos, israelíes y estadounidenses, además de las Naciones Unidas, en una concesión final de israel.
•Establece que la vuelta a las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos debe producirse antes de quince días. «Es muy importante restablecer la confianza entre las partes y para esto tendremos que trabajar duro, ya que tenemos un periodo muy crítico por delante», insistió Clinton.
Sharon desestima el gobierno de unidad
El jefe de la oposición, Ariel Sharon, líder del bloque derechista Likud, declaró ayer que tras el acuerdo de Sharm el Sheij para un alto al fuego con los palestinos, no es necesario un gobierno de unidad nacional en Israel.
El polémico general israelí dijo en una reunión con sus partidarios que «no tiene sentido seguir las negociaciones para un gobierno de emergencia nacional» como el que le proponía antes de esa «cumbre» de Sharm el Sheij el primer ministro, Ehud Barak.
Una de las consecuencias del acuerdo entre Barak y el presidente palestino, Yasser Arafat, en Israel fue, precisamente, evitar la formación de un gobierno de unidad que, con la incorporación del bloque Likud -a juicio de los observadores-, significaría de hecho el final del proceso de paz entre ambos pueblos.
Sharon elogió el acuerdo para parar los enfrentamientos entre palestinos e israelíes pero también condenó el pacto entre Arafat y Barak para continuar con las negociaciones de paz según los acuerdos de Oslo de 1993, repudiados por la derecha nacionalista israelí así como por los integristas islámicos y la izquierda palestina.
«No puede ser que el gobierno de Israel vuelva a la mesa de las negociaciones con Arafat como si nada hubiese ocurrido» en las tres semanas de sangrientos choques en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, destacó Sharon.
La visita del líder del Likud a la disputada Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén oriental y lugar sagrado para el Islam, fue del detonante que propició el levantamiento palestino.
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