La cúpula de la CGT, reunida y sonriente

Con críticas a la transversalidad y el compromiso de seguir trabajando para «mostrar la unidad monolítica del movimiento obrero», el triunvirato que conduce la CGT rindió ayer un homenaje al líder sindical José Ignacio Rucci, al cumplirse 31 años de su asesinato.

Hugo Moyano y José Luis Lingeri dejaron de lado las diferencias que exhibieron en los últimos tiempos con Susana Rueda y los tres se mostraron juntos en el acto realizado en la sede de la CGT, en Azopardo 802, de esta capital, que contó con todos los símbolos de la mística peronista. «El trabajador se cansó del verso y ahora quiere accione concretas. La forma de rendirle homenaje a Rucci es trabajar incansablemente en defensa de los derechos de quienes representamos, el resto es verso», sostuvo Moyano, desde el escenario que compartió con su otros dos colegas cegetistas.

La mayoría de los oradores se encargó de remarcar que el acto de conmemoración de quien fue secretario de la CGT, asesinado durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, fue el primero de estas características que encuentra «unido» al movimiento obrero.

Tal como estaba previsto, pese a las discrepancias que manifestaron públicamente los integrantes de la cúpula de la central obrera, Rueda, Moyano y Lingeri compartieron la ceremonia y lo hicieron con sonrisas, aplausos mutuos y algún chiste que desató la carcajada de la concurrencia.


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