La decisión de Del Potro

río suelto

juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar

El jueves pasado Juan Martín Del Potro hizo pública una decisión difícil: no jugar la primera serie de Copa Davis ante Alemania, en febrero. Dijo que esta vez le daba prioridad al circuito porque aspira a terminar la temporada entre los cuatro mejores. Muchos hicieron una lectura futbolera y lo criticaron. Pero el tenis no es fútbol. Del Potro tomó una decisión individual para un deporte individual. Dijeron que el tenis es un deporte egoísta, pero no. El tenis es individual. A lo sumo individualista, pero no egoísta. Se dijo que le daba la espalda a su país. Nada de eso. La Davis se parece a un Mundial pero no lo es y el equipo de tenis no es un seleccionado de fútbol. Son dos singlistas que juegan sus partidos. Sin estrategia común ni asociación. Delpo no juegas en función del estilo de David, por caso. Y por nada, cuando el equipo de Davis se entrena, cada jugador lo hace con su propio entrenador atrás. En el tenis, a diferencia del fútbol, cada uno juega por sí mismo. En el fútbol, un jugador puede no estar, pero su equipo juega igual. Si Del Potro no lo hace en el circuito de ATP, nadie lo hará por él y los puntos que no sume lo tirarán abajo en el ranking. El tenis es así. Del Potro no renunció a la Davis, sólo dijo que no estará en esta serie y que David Nalbandian le dispare por elevación diciendo que para ganar tienen que esta los mejores, que la vida por la celeste blanca y que la Davis está por encima del circuito es más una necesidad suya que del equipo. Es él quien necesita de Del Potro para ganar la Copa, la verdadera obsesión de un David en la curva descendente de su brillante carrera y con el top ten cada vez más lejano. Pero no es la realidad de Del Potro, que también se desvela por la Davis, pero que su chance en el circuito es grande, ahora más que nunca y que no se trata de ninguna traición a la patria. ¿O acaso no lo sentimos como propio cuando ganó el US Open del 2009?