La defensa depositó la responsabilidad en la esposa de la víctima

NEUQUEN (AN).- El defensor Alejandro Ockier atribuyó el extraño cuadro físico y psíquico que atravesó Isaac Muñoz a problemas personales, afirmó que en ningún momento estuvo secuestrado, y remarcó que la responsable natural y jurídica de su situación es su esposa Marta González.

En su alegato, el defensor del pastor Claudio Zeballos aprovechó con habilidad todas las zonas grises que tiene el caso para concluir con un pedido de absolución.

Así, uno de los interrogantes de esta causa es cómo empezó Muñoz a sumergirse en tan crítica situación. Hasta el fiscal tuvo que admitir que no se sabía. Ockier ensayó una explicación: «Isaac estaba desocupado, sin voluntad para buscar trabajo, con problemas entre su familia sanguínea y política, con el dinero atrapado en el corralito. Ese era el cuadro que atravesaba en mayo de 2002. ¿A qué obedeció su cambio de conducta? Lo describió en este juicio el psiquiatra Zunino: tuvo un síndrome confusional, que se origina cuando un órgano noble (hígado, riñón) funciona mal y provoca cambios en la actividad cerebral. Esto es lo que padecía Muñoz».

Remarcó que Marta González fue a pedirle ayuda al pastor Zeballos, quien «le sugirió llevarlo a un médico, pero ella dijo que no». También destacó que «no surge de los testigos ni de las pruebas científicas que hayan atado» a Muñoz.

En cuanto al supuesto móvil económico, recordó Ockier que «Muñoz cobró los 25.000 pesos en enero, compró bienes, estuvo desocupado varios meses. Estos hechos fueron en mayo. ¿Qué quedaba de aquella indemnización?». Y agregó que «no hay pruebas de que Zeballos se haya beneficiado con un solo centavo».

Por lo tanto, afirmó que «no existió privación ilegítima de la libertad, no existió dolo (intención), no existió móvil», y pidió la absolución.

A su turno José Luis Cartolano, defensor de Luis Martel, señaló que el pastor ni trasladó a Muñoz hasta el templo de Contralmirante Cordero ni lo encerró allí. La iglesia «no tenía cerradura, candado ni llave», dijo.

Aseguró que su defendido «cumplió con el primer deber humanitario: le dio alimento. Está probado, lo dicen los testigos».

En el mismo sentido, indicó.

Situación de la mujer

NEUQUEN (AN).- Marta González, la esposa de Isaac Muñoz, fue uno de los personajes más nombrados en el juicio que terminó ayer. Pero no declaró como testigo ni está imputada. Se encuentra en una especie de transición, a la espera del resultado de esta causa.

La mujer fue interrogada por la justicia en una declaración «explicativa», que está a mitad de camino entre una testimonial (reservada a los testigos) y una indagatoria (para los sospechosos).

Después, indicaron fuentes judiciales, esa parte del expediente quedó «en reserva» a la espera de que se resuelva la situación de los pastores Zeballos y Martel.

Otro personaje nombrado en el juicio fue Guillermo Cañete, secretario del pastor Zeballos. Se encuentra prófugo, y según las versiones escapó a España o Italia cuando estalló el escándalo.


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