“La desidia del Ipross”

Me dirijo por este medio al gobernador electo, Dr. Carlos Soria, a efectos de solicitarle que arbitre los medios necesarios para que de una vez y para siempre se termine con la atención desidiosa y el destrato hacia quienes somos “cautivos” de la obra social de la provincia –léase Ipross–. Hace 23 años, en el parto de mi hija menor fui víctima de una mala praxis en una clínica de esta ciudad en la que se me produjo estallido de vejiga (en “minutas”), desgarro de útero y –al poco tiempo– pérdida funcional del riñón derecho. Debido a la complejidad del caso fui derivada en forma directa por el Ipross para una mejor atención al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde en el servicio de Urología se me practicaron más de 29 cirugías reparadoras, incluyendo una experimental (de las cuales en la actualidad hay sólo 200 casos en el mundo), con lo que se logró que tuviera una mejor calidad de vida. Dicha cirugía mayor constó de una neovejiga realizada con mi propio tejido intestinal por el sistema Mainz Pouch, con válvula del mismo tejido abocada al abdomen. Este desastre quirúrgico me obligó a truncar mi carrera judicial y a jubilarme por invalidez. Ahora bien, en aquellos años la obra social de marras atendió correctamente todas mis necesidades, pero en los últimos años esto ha cambiado “radicalmente” desde todo punto de vista. A raíz de mi patología y de la compleja cirugía que llevo conmigo, es de carácter vital para mi supervivencia la provisión de material denominado “descartable” por cualquier obra social o prepaga, a saber: piezas de gasa, catéteres de succión, cintas hipoalergénicas y xilocaína, pero que me corresponden por estar encuadrada al mismo nivel que pacientes trasplantados. Asimismo, ante cualquier emergencia de cualquier patología necesito ser atendida en el Hospital Italiano, ya que he asistido a otros centros de alta complejidad y fui rechazada por –reitero– la complejidad de mi patología. Hace aproximadamente dos años el Hospital Italiano cortó todo tipo de atención a los afiliados al Ipross por falta de pago, por lo que me encuentro totalmente abandonada en cuanto a atención se refiere. Con respecto al material descartable, desde julio de este año estoy reclamando al Ipross, a todo nivel jerárquico (incluyendo nota por fax al presidente, Dr. Alcides Pinazo), y recibiendo respuestas tales como: “Déjeme su número de teléfono que nos comunicaremos”, “Estamos rastreando sus papeles porque no los encontramos” o “Yo en este sector no tengo nada, déjeme rastrearlo y veré qué puedo hacer”. Esta desidia y este destrato y la indignación y el estrés que me produce toda esta situación me obligan a presentar un recurso de amparo, porque según dichos de los mismos empleados (“Haga un amparo, señora, porque es la única forma que se lo van a resolver” –sic–) accionando judicialmente es como “encuentran” y “resuelven” todo en un instante. Por todo este destrato es que solicito al Dr. Carlos Soria que nos sorprenda gratamente a todos los afiliados al Ipross y designe al frente del mismo a alguien que más que un tecnócrata sea una persona con calidad empática y humana, que entienda y que haga entender a todos sus subalternos que detrás de cada papel, de cada solicitud, de cada certificado, hay un ser humano con necesidades de supervivencia al que se le debe calidad de vida y calidad sanitaria. Pero, sobre todas las cosas, le pido que devuelvan el servicio del Hospital Italiano para todos los que requerimos imperiosamente de este centro de alta complejidad, único por calidad y especie, en todo el Cono Sur. Nelly Beatriz Yunes, DNI 10.913.038 Roca

Nelly Beatriz Yunes DNI 10.913.038 Roca


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