La desilusión laboral, un tema clásico
Liza Potts, una profesora de 35 años en la Universidad Old Dominion en Norfolk, Virginia, nota que la desilusión laboral estuvo presente por mucho tiempo para la mayoría de su generación. “Muchos de mis amigos esperaban tener trabajos como los de sus padres: empleos en los que se quedarían para siempre, que los cuidarían como ellos lo hicieron con sus padres, pero entonces vimos que eso comenzó a desmoronarse para nuestros conocidos”, agregó, recordando a amigos cuyos padres fueron despedidos de compañías como IBM o tuvieron que cambiar de empleo. Ahora preocupada por sus propias ejecuciones de hipoteca, deudas y desempleo, su generación tiene perspectivas tan malas como las que enfrentaron sus padres. “¿Habrá tiempo todavía para convertirse en algo diferente? ¿Simplemente debemos aceptar donde estamos? ¿Hay tiempo en otra parte para renovarse?”, pregunta Potts, quien dejó su propia carrera en el sector de los programas informáticos e internet para dedicarse a la academia. Eso ha significado menos ingresos, agregó, pero también más libertad para escoger sus horarios de trabajo y sus proyectos. En Chicago, el agente de bienes raíces Adon Navarette, de 40 años, ha tomado trabajos extras para poder salir a flote, desde el de consultor para una compañía de suministro de energía hasta empezar su propio negocio. Navarette dice haber escuchado sus pares quejándose de otras generaciones, pero también cree que su propia experiencia con otros baches económicos le ha permitido tener una actitud más elástica. Este es un momento clave, dice. “Lo que va a definirme como un miembro de la Generación X es cómo saldré de esto. Lo que va a definirme es: ‘¿Qué es lo que he hecho para poder aprovechar el mercado cuando repunte?’”, aseguró. (AP)
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