La dura tarea de pasar el invierno

Para Francisco, lograr calor en el invierno es sinónimo de una larga caminata al lado de su mula, subiendo y bajando los cerros del norte neuquino juntando leña. El no sabe de programas sociales y, mucho menos, de la venta de gas licuado para calefaccionar su hogar cuando los casi 30 grados bajo cero se hacen sentir. Su situación es comparable a la de muchos otros habitantes de la Línea Sur de Río Negro.

Todos los días, antes de que los invada el frío y la nieve, Francisco alimenta a su mula. Ella lo acompañará en la travesía de buscar lo que será el combustible para su calor. En períodos de escasez de leña, recorrer la geografía puede llevar varios días y con pocos resultados positivos.

Maximiliano Mena, un vecino del pueblo de Varvarco, confirma la realidad por la que atraviesan decenas de pobladores actualmente. «Hay mucha gente que no tiene la oportunidad de tener gas, comprar leña o acceder a la ayuda del municipio. Algunos crianceros tienen que salir a caballo y arreglárselas como pueden», comenta.

El gobierno neuquino gastará en estos meses 1.100.000 pesos sólo en la provisión de leña, actividad que beneficiará a 6.000 personas. Río Negro, en cambio, con la misma cantidad de habitantes esperando la asistencia, desembolsó 625.000 pesos para asistir a parajes de la Línea Sur con kerosene, gas oil y cargas de garrafas.

Para hacer una radiografía de lo que sucede en estos días en la zona cordillerana del norte neuquino, hay que decir que los pobladores tienen tres formas de combatir el frío: están los que pueden solventarse con las garrafas de gas licuado o los denominados «zepelin».

A ellos se suman los que compran varias toneladas de leña para pasar el invierno. Pero los costos son muy elevados para muchos de ellos, que apenas pueden juntar para vivir y alimentar a los animales. Una camionada de leña cuesta alrededor de 300 pesos, se consume en los meses de junio, julio y agosto y es lo necesario para que una familia pueda sobrellevar las tareas hogareñas. Por su parte, una recarga de gas en los zepelines, de 1,5 metro de largo, cuesta casi 900 pesos.

Finalmente están los que, resignados ante las imposibilidades económicas, se ven obligados a la buscar leña a caballo.

Los vecinos que se tomaron el tiempo de analizar el escenario en el que transcurren sus días comentan que, de las 750 personas que habitan los parajes de Varvarco, Colo Michi Có, Villa Nahueve, La Matansilla e Invernada Vieja, «sólo los empleados de los municipios o las comisiones de fomento, la policía y los maestros llegan al invierno con un buen margen para calentarse «.

Del otro lado está el resto. Esos que esperan el comienzo del reparto de leña por parte de los municipios y rezan para que este año lleguen hasta sus viviendas.

Sin embargo, están casi convencidos que está vez será igual a las anteriores. Entonces Francisco vuelve a preparar la mula, se pone la campera y sale a hacerle frente a la realidad. (AR)


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