La enfermera dejó tres cartas
Jacintha Saldanha, de 46 años, tenía dos hijos.
Cada vez son más tristes las repercusiones de lo que comenzó como una broma radial.
La enfermera que fue víctima de una broma por parte de dos periodistas australianos que se hicieron pasar por la reina Isabel II se colgó de un ropero y se ahorcó con un pañuelo luego de dejar tres cartas, se informó ayer al darse a conocer los resultado de la autopsia en Londres. Jacintha Saldanha, una mujer de origen indio de 46 años, casada y con dos hijos, fue descubierta colgada en la habitación que ocupaba en unas dependencias reservadas a las enfermeras cercanas al hospital King Edward VII por una compañera y un guardia de seguridad el pasado 7 de diciembre. “Desgraciadamente fue hallada colgada”, declaró el inspector de la policía James Harman al presentar las primeras conclusiones de su investigación y de la autopsia en una breve vista celebrada en un juzgado de instrucción londinense. “También tenía lesiones en la muñeca”, agregó precisando que “no hay circunstancias sospechosas”, lo que descarta una acción criminal. La policía encontró dos notas escritas en la habitación y otra más entre sus pertenencias, de las que por el momento no se ha revelado el contenido. Los detectives también están examinando sus últimas llamadas telefónicas y sus correos electrónicos en busca de pistas sobre su muerte. La investigación judicial formal para establecer las circunstancias exactas de la muerte de la enfermera se llevará a cabo en marzo, una vez se hayan completado las pesquisas policiales y los exámenes toxicológicos. Jacintha Saldanha fue la enfermera que contestó el martes de la semana pasada en el hospital King Edward VII a la llamada de los dos locutores de la radio australiana 2Day FM pidiendo información sobre el estado de salud de Kate, la esposa del príncipe Guillermo ingresada desde el día anterior por una complicación relacionada con su reciente embarazo, y se la transfirió a una compañera que atendía a la paciente y les dio un parte detallado. La prensa británica habló desde el principio de un aparente suicidio, y el primer ministro David Cameron calificó el lunes de “tragedia absoluta” el “suicidio” de la enfermera. Al parecer, Saldanha no le dijo a su familia, que reside en la ciudad de Bristol, que se había dejado embaucar por la falsa reina y su compañero, cuya llamada se extendió rápidamente por todo el mundo a través de internet y de las redes sociales. El regulador australiano de la comunicación lanzó ayer una investigación sobre la broma telefónica de 2Day FM, propiedad del grupo Southern Cross Austereo, que podría acarrearle una multa o incluso la pérdida de la licencia. El presidente de la Autoridad Australiana de las Comunicaciones y Medios de Comunicación precisó que la pesquisa se centrará en si la emisora “respetó sus obligaciones de radiodifusión” y no en la conducta de los dos locutores. (AP/Agencias)
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