La enmienda llega en siete días a la Legislatura

El gobernador Jorge Sobisch tiene a todos sus colaboradores trabajando en el proyecto. Entre el martes y miércoles la propuesta estará en poder de los intendentes, sus nuevos aliados.

NEUQUEN (AN).- El gobierno aún no tiene definido qué cambios hará por enmienda y cuáles por reforma de la Constitución. De lo que Jorge Sobisch está seguro es que «hay que construir herramientas para parar el gasto» en Neuquén que se ubica en torno de los mil millones anuales.

El gobernador recibió ayer a los medios gráficos cuando el sol caía y el calor aflojaba un poco. Antes había despachado al ministro de Hacienda, Alfredo Pujante y luego al concejal Federico Brollo. Después tomó un poco de aire y caminó por los pasillos vacíos de la gobernación. «¡Qué lindo está el jardín!», le dijo al cuidador.

Sobisch tiene a un ejército de funcionarios trabajando en la reforma que anunció el miércoles en El Chocón y el viernes de la semana próxima la enviará a la Legislatura. Antes, probablemente entre el martes y miércoles, la distribuirá entre los intendentes, a los que considera sus aliados en esta batalla para producir un ajuste en los gastos de la política que, de prosperar, se va a traducir en menos diputados y concejales, una estructura jerárquica más reducida en la administración central, congelamiento de la masa salarial y una apuesta fuerte: fijar un techo salarial de 4.000 pesos a los tres poderes del Estado.

Sobisch ya se puso ese tope, pero quiere que los demás lo imiten, tarea ardua, especialmente en el Poder Judicial donde los sueldos están por las nubes, comparados con los de la mayoría de los asalariados del Estado y del sector privado.

El gobernador no quiere anunciar antes de tiempo cuál será el impacto que, en el presupuesto, pueden tener las medidas que pretende poner en marcha. Celoso de las formas, Sobisch dice que no puede abrir la boca hasta que sus colaboradores le entreguen el proyecto y lo conozcan los intendentes.

A lo largo de casi una hora de charla, hubo una sola precisión: dijo que el congelamiento de la masa salarial puede salir por ley. El resto está todo en análisis.

En la entrevista, el mandatario sorprende con un reconocimiento: «Neuquén no es una isla como en algún momento pensamos», dice en voz baja. Su partido, el Movimiento Popular Neuquino, alimentó el concepto de «provincia-isla» a fines de la década del ´80, cuando la inflación galopaba y la hiperinflación se venía encima de los argentinos.

Sobisch dijo que el objetivo hoy es lograr medidas que permitan a Neuquén ser una provincia previsible. «Si equilibro el presupuesto doy previsibilidad», dijo. Aclaró que no ingresarán en el ajuste sectores clave. Mencionó que Salud, Educación, Seguridad y el paquete de apoyo a los planes sociales quedarán afuera de las medidas que apuntan al recorte.

También aseguró que el sistema de distribución proporcional que se incorporó en la enmienda de 1993 no se tocará en esta oportunidad. «No estoy arrepentido», dijo el principal promotor del sistema D´Hont dentro del MPN en aquellos años.

La entrevista va llegando a su fin. Son las nueve de la noche y en el rostro del gobernador se observa cansancio. Dice que no para, excepto a la tarde para dormir la siesta. Para Sobisch, ese espacio no es negociable.

La propuesta ya genera polémica entre los bloques legislativos

NEUQUEN (AN).- La propuesta de ajustar gastos en el Estado vía enmienda ya disparó la primera polémica. Los partidos políticos de la oposición con representación parlamentaria juzgaron que, por la magnitud de los temas que impulsa el gobernador Jorge Sobisch, el tema merece una reforma de la Constitución.

«Si quieren reducir el gasto político lo pueden hacer ya mismo. El gobierno reconoció que tenía 650 empleados de planta política y puede comenzar por ahí sin necesidad de enmienda ni reforma», disparó ayer el jefe del bloque de la Alianza, Raúl Radonich.

El legislador entiende que las autoridades provinciales están planteando cambios estructurales que no se resuelven por vía de la enmienda sino de a través de una reforma, que requiere de la elección de convencionales constituyentes. Radonich destacó además que, en el caso de la enmienda, se consulta en un plebiscito a los ciudadanos por sí o por no sobre un conjunto de decisiones. «Es un mecanismo perverso», dijo Radonich.

Dijo que el gobierno «tramposamente» intenta asociar el gasto político al Poder Legislativo porque al oficialismo «le molesta la opinión de los cuerpos colegiados porque en el MPN son partidarios el pensamiento único».

Oscar Massei, líder del Frepaso, coincidió con Radonich en el sentido de que los gastos de la política se pueden resolver sin enmienda ni reforma, pero destacó que abordar la Constitución significa algo más profundo porque allí se define el proyecto de provincia.

Aldo Duzdevich, de la bancada justicialista, dijo que su bloque «no está cerrado» a la enmienda pero al mismo tiempo dijo que se debe analizar cuáles temas se resuelven por esta vía y cuales por reforma de la Constitución. Luego aclaró que el tema será analizado por su bloque y en el seno de su partido.

El único diputado provincial del ARI, Carlos Moraña, no anduvo con vueltas: «No comparto esta metodología de ajuste vía enmienda constitucional». Dijo que el gobierno intenta transferirle a la Legislatura la responsabilidad por la demora en el tratamiento del proyecto de reforma. «Yo estoy dispuesto a debatir su proyecto de reforma, lo que ocurre es que sus proyectos no iban a pasar porque en algunos casos eran inviables y en otros poco democráticos y republicanos», finalizó el diputado Moraña.


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