La escuela especial 21 está condenada a peregrinar

EL BOLSON (AEB)- Condenada a peregrinar en busca de un lugar definitivo, en su corta historia la Escuela Especial 21 de El Bolsón parece signada por decisiones erróneas, esperanzas truncas y sinrazones burocráticas. Sin un edificio adecuado para recibir a los niños «especiales», el establecimiento aguarda hoy que la provincia (bajo intimación judicial) realice los arreglos necesarios para que comience el dictado de clases.

Padres, docentes y alumnos no bajan los brazos e intentan, a pesar de todo, continuar con algunas tareas pedagógicas, como la estimulación temprana o el comedor escolar, que funciona en la confitería del gimnasio polideportivo.

«Una vez más se ve reflejado el abandono por parte de las autoridades provinciales hacia la educación pública. Es indignante que la única escuela especial de la localidad haya llegado a este estado de colapso, con una indiferencia injustificada de las autoridades» señalan los docentes.

La historia de la escuela tiene sus bemoles. Nacida oficialmente hace 14 años atrás, desde siempre ocupó espacios físicos no adecuados para el dictado de clases especiales, siempre teniendo en cuenta que, muchos de los alumnos son discapacitados motores y otros, con retrasos de distinta gravedad.

Apiñados en dos casas que el IPPV cedió en el Barrio Progreso, alejados del centro de la localidad y ocupando una hostería alquilada en Villa Turismo o instalados provisoriamente en el ex-hotel Piltriquitrón, lugar apto para alojar turistas pero limitante para los niños, que no podían subir las escaleras o ingresar con las sillas de rueda en los pequeños salones, la escuela siguió un lento derrotero por lugares insólitos.

«Siempre nos prometieron construirnos un edificio pero eso nunca sucedió» recuerda la directora Azucena Saenz. Hoy, ocupan una antigua construcción, conocida antiguamente como «La Aldea», que fue adquirido por el CPE hace cuatro años atrás. El lugar fue sucesivamente una feria hippie, sede de eventos político partidarios, una estructura abandonada por su costoso mantenimiento y desde el «98 la escuela especial.

La institución sigue sin poder comenzar el ciclo lectivo. Aguarda los trabajos de acondicionamiento que el CPE está obligado a hacer y viene demorando. Muchos de los chicos, a pesar de sus dificultades para comunicarse, esperan con tristeza en los ojos el momento de juntarse con las «seño» para seguir avanzando en su lucha contra la discapacidad y el derecho a la educación.

La particular edificación que ocupa la escuela obligó a realizar acondicionamientos mayores, como el ensanchamiento de las puertas para permitir el acceso de sillas de rueda o la construcción de baños adecuados. Lo que no pudo subsanarse son los inconvenientes que genera la existencia de aulas en planta alta, que impiden el acceso de los alumnos que tienen incapacidad motora. Roturas en los techos y cañerías en mal estado completan el panorama.

«Según lo que dispuso la justicia, a partir de hoy el CPE tiene 45 días para entregar el edificio en condiciones» explicó ayer el doctor Francisco Arrien, patrocinante de los directores que presentaron un recurso de amparo para que se arreglen las escuelas de El Bolsón. La ministra Mázzaro anunció que las escuelas especiales de Viedma, Choele Choel y esta localidad tienen prioridad de arreglo, ya que tienen los proyectos técnicos para iniciar las mejoras de las estructuras.

Mientras la burocracia se toman su tiempo, los niños esperan. «Tratamos de darles algún apoyo pero el área pedagógica y ocupacional esta sin cobertura», señalan los docentes con la paciencia en el límite.