La eterna revolución de las sociedades 11-12-03

Raymond Williams analiza las transformaciones culturales y sociales

BUENOS AIRES, (Télam). El sociólogo inglés Raymond Williams (1921-1988), autor de títulos como «Cultura y sociedad» o «La política del modernismo», analiza en «La larga revolución» -obra recién publicada en la Argentina- las transformaciones en la cultura y la sociedad a partir de la interacción de tres revoluciones: una de orden democrático, otra industrial y una tercera cultural.

Publicada originalmente en 1961 y ahora relanzada en la Argentina por el sello Nueva Visión, la obra está planteada como una continuación del análisis iniciado en «Cultura y sociedad», que Raymond describió alguna vez como «una exposición y una interpretación de nuestras respuestas a los cambios producidos en la sociedad inglesa desde fines del siglo XVIII».

«Estamos atravesando una larga revolución, que nuestras mejores exposiciones sólo interpretan en parte. Es una auténtica revolución, transformadora de hombres e instituciones; constantemente extendida y profundizada por los actos de millones de personas, continua y diversamente enfrentada por la reacción explícita y la presión de las formas e ideas habituales», señala Williams en el prólogo de su obra.

«No obstante, es una revolución difícil de definir y su dispar acción se ejerce a lo largo de un período tan prolongado que es casi imposible no perderse en su excepcionalmente complejo», acota el ensayista.

Williams analiza en su obra los cambios políticos operados en la primera mitad del siglo XX, ya sea en la revolución popular, los movimientos de liberación de los pueblos coloniales o la ampliación del sufragio parlamentario: es evidente que subsiste la misma demanda básica, observa el sociólogo, pero esta es objeto de una poderosa resistencia encarnada en la violencia y el fraude.

La revolución industrial, respaldada por un inmenso desarrollo científico, se desarrolla a una velocidad de expansión en el mundo entero supera todos los pronósticos, «pero si bien sus metas y métodos gozan de una aceptación casi universal la mayor parte del mundo está aún muy por detrás de la fase alcanzada en los países avanzados».

«Por un lado parece claro que el desarrollo industrial es un poderoso incentivo para nuevos tipos de organización democrática.

Por otro, las necesidades aparentes de la organización industrial en muchos niveles, desde el proceso de acumulación de capital hasta el status del trabajador en un sistema técnico muy extenso y dividido», puntualiza Williams.

La tercera revolución, de orden cultural, es según el ensayista la más difícil de interpretar: «Hablamos de una revolución cultural y sin duda debemos considerar que la aspiración que la aspiración a extender el proceso activo del aprendizaje, con las destrezas del alfabetismo y otros tipos de comunicación avanzada, tiene una importancia comparable al desarrollo de la democracia y el crecimiento de la industria científica», analiza.

Raymond Williams sostiene que no se puede comprender el proceso de cambio en el cual están implicadas las sociedades modernas si se piensan las revoluciones democrática, industrial y cultural como procesos separados.

«Todo nuestro modo de vida, desde la forma de nuestras comunidades hasta la organización y el contenido de la educación, y desde la estructura de la familia hasta el status del arte y el entretenimiento, es profundamente afectado por el progreso y la interacción de la democracia, la industria y la expansión de las comunicaciones», concluye el intelectual.


BUENOS AIRES, (Télam). El sociólogo inglés Raymond Williams (1921-1988), autor de títulos como "Cultura y sociedad" o "La política del modernismo", analiza en "La larga revolución" -obra recién publicada en la Argentina- las transformaciones en la cultura y la sociedad a partir de la interacción de tres revoluciones: una de orden democrático, otra industrial y una tercera cultural.

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