La Europa a la defensa, Por Aleardo Fernando Laría11-12-03

Europa tendrá pronto «sus unidades de combate» que se podrán desplegar en un plazo de cinco días a un mes en cualquier teatro de operaciones. Estas fuerzas se organizarán «sobre un plan táctico como una formación de combate con los elementos de apoyo, incluido el transporte logístico». Ha nacido la «Europa de la defensa».

Algunos expertos internacionales habían venido acusando a la Unión Europea de ser «un gigante económico, un enano político y una mosca militar». Existía el convencimiento generalizado entre los países europeos de que la Unión debía disponer de una cierta capacidad militar. Pero se planteaba el problema del grado de autonomía con respecto de la OTAN, la Alianza con los Estados Unidos, de la que forman parte 11 de los 15 actuales miembros de la UE.

Otra cuestión pendiente era determinar los recursos que se dedicarían a este empeño. Se podía pensar que los ciudadanos europeos reclamaban mayor implicación en la resolución pacífica de conflictos internacionales. Pero como dejó claro el anterior ministro de Asuntos Exteriores francés Hubert Védrine, «no existe razón alguna para que los europeos compitan por equipararse con un país que puede librar cuatro guerras a la vez».

Washington había venido reclamando que los europeos aumenten sus gastos en defensa, pero en el seno de la OTAN, sin admitir que alcancen una verdadera autonomía en materia de defensa. El embajador norteamericano ante la Alianza Atlántica, Nicholas Burns, llegó a afirmar que el proyecto de los europeos significaba «minar la OTAN y una amenaza directa contra su propia existencia».

El tono duro de EE. UU. había sido considerado, en círculos diplomáticos de Bruselas, como una «descarada presión norteamericana» para influir en la redacción del capítulo de defensa de la futura Constitución de la Unión Europea. Washington se oponía a cualquier proyecto de crear una estructura de planificación autónoma independiente de la OTAN. Para los norteamericanos, no se debían gastar cantidades de dinero en «duplicar caros medios de planificación en Europa cuando ya existen los cuarteles generales de la OTAN». El embajador Burns reclamó que un hipotético cuartel general europeo debe estar dentro del Shape (el cuartel general de la Alianza situado a 70 kilómetros de Bruselas).

Finalmente, el acuerdo alcanzado por los 25 países europeos (también los 10 nuevos socios que accederán en mayo próximo) ha tenido que hacer finos encajes de superar las prevenciones y exigencias de los Estados Unidos. El proyecto de la «Europa de la defensa» no supone la configuración de un verdadero Ejército europeo, al menos en esta etapa. Los estados que declaran querer «ir más rápido y más lejos» en defensa formarán un núcleo de vanguardia denominada «cooperación estructurada». Se comprometen a aportar unidades y medios para facilitar un despliegue rápido de efectivos en apenas diez días a unos 4.000 kilómetros de distancia.

Para tranquilizar a Estados Unidos aclaran que este compromiso se materializará «conforme a lo suscrito en el seno de la OTAN, que sigue siendo el fundamento de nuestra defensa colectiva». La Unión mantendrá en forma permanente su unidad de planificación en el cuartel general de la Alianza Atlántica, pero también dispondrá de un grupo militar de planificación en el Estado mayor europeo, situado en Bruselas, con lo que Europa podrá ser autónoma cuando despliegue medios militares sin contar con la Alianza.

Javier Solana, el alto representante para la Política Exterior de la UE, dejó en claro que Europa desarrollará de aquí en más su propia política de seguridad, que incluirá «operaciones autónomas». «Consideramos que Europa no será tal sin una capacidad de defensa», manifestó el presidente francés Jacques Chirac. Y hasta el más firme aliado de los Estados Unidos, el primer ministro británico Tony Blair declaró que «es importante que Europa tenga capacidad para actuar de forma independiente».

Para el investigador del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea, Martín Ortega, es obvio que la Unión nunca empleará la fuerza que está generando más que para fines pacíficos y respetando la legalidad internacional. «Aquellos que creen que los Estados por sí mismos deben llevar la iniciativa e incluso lanzar operaciones militares preventivas forman parte del sueño neofascista que hoy tienta al mundo industrializado». Para Ortega, «las acciones preventivas», además, han probado sus miserias en Irak, donde la pregunta ¿por qué hacía falta invadir y ocupar Irak? sigue sin ser respondida.


Europa tendrá pronto "sus unidades de combate" que se podrán desplegar en un plazo de cinco días a un mes en cualquier teatro de operaciones. Estas fuerzas se organizarán "sobre un plan táctico como una formación de combate con los elementos de apoyo, incluido el transporte logístico". Ha nacido la "Europa de la defensa".

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