La falta de apoyo paraliza un monumento

Es en homenaje a los italianos y está en Cipolletti. Son necesarios 50.000 pesos para terminarlo.

CIPOLLETTI- En Cipolletti viven unas 75.000 personas. De ese total una tercera parte tiene alguna relación con Italia, como nativo o descendiente de primera, segunda o tercera generación, Y sólo unas 120 personas han colaborado con su aporte para la construcción del Monumento De Los Italianos, la imponente estructura que se levanta sobre uno de los laterales del Parque Rosauer, en avenida Mariano Moreno, y que desde hace dos meses está parada en su construcción por falta de apoyo.

El monumento tiene su 'alma mater' en el presidente de la Asociación Italiana de Cipolletti, el médico Leonardo Calí, con el aporte del proyectista Oscar Gasser.

Calí ya no sabe qué hacer ni qué puertas golpear para que llegue el oxígeno necesario en divisas y terminar la obra de una buena vez. Hasta el momento ­desde abril de 1996, cuando se inició­ se llevan invertidos 103.000 pesos, casi 5.000 de los propios bolsillos de Calí.

«En momentos críticos se ha hecho un milagro. Ahora, juntar el resto para inaugurar el monumento, será otro milagro», reflexionó Calí.

Cómo es la obra

El monumento es una estructura que abarca una superficie de 50 por 25 metros, que comprende un símil del Coliseo de Roma, con columnas, los característicos grandes arcos y gradas con capacidad para 700 personas cómodamente sentadas.

El piso es de un adoquinado especial, y al centro está la fuente de 33 metros de circunsferencia, con tres grandes columnas, el asentamiento donde se ubica la histórica Loba que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de Roma. Este sector tiene unos seis metros de altura.

«Es una verdadera obra de arte. Y un homenaje también al ingeniero César Cipolletti, que le da el nombre a nuestra ciudad, nacido en Roma».

En los aportes hasta figura, tal vez por esta circunstancia de ser la cuna del que le dio el nombre al pueblo, un aporte de la municipalidad de Roma, Italia.

En sus tantas gestiones buscando nuevos horizontes para lograr el dinero necesario no fueron pocas las veces que le preguntaron a Calí si no era el Alto Valle, y Cipolletti en especial, el lugar en que viven tantos italianos y sus descendientes, los primeros interesados. Cauto, pero no resignado, Calí no quiere cargar más las tintas, pero pide «un último esfuerzo para que tal vez antes de que finalice el milenio podamos inaugurar el monumento, que es un orgullo para los cipoleños y los valletanos».

Calí tiene previsto colocar en una especie de cripta una inscripción conteniendo los nombres de todos los que hicieron posible la obra. Si bien hay muchos apuntados en esta especie de agenda de apoyaturas que perdurará en el tiempo, como testimonio invalorable, son más los que faltan.

En síntesis, si tres mil cipoleños aportaran poco más de 15 pesos cada uno, el monumento quedaría terminado.

Resta completar parte del piso, las veredas, los sistemas de luces y tableros electrónicos, otros detalles, y la mano de obra. Todo, con una inversión no superior a los 50.000 pesos.


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