La fiscal pidió que se eleve la causa a juicio
Los acusados son David y "El Clavo" Sandoval.
CIPOLLETTI (AC) – David Sandoval asesinó a las tres víctimas de la masacre del laboratorio «con perversidad brutal, sometiendo a las víctimas a tormentos , aumentando deliberadamente sus sufrimientos, revelando con su excesiva crueldad ante la muerte el claro propósito de destruir la vida haciendo padecer». Con esta afirmación, la fiscal Ana Benito pidió la elevación a juicio oral de la causa.
Fuentes judiciales confiaron a «Río Negro» que el juicio se realizará este año, presumiblemente antes de la feria de invierno, y en Cipolletti, a pesar de que la cámara criminal que juzgará a los imputados tiene sede en Roca.
A más de un año y medio del crimen, el laboratorio de 25 de Mayo y Roca, sigue cerrado por orden judicial, con custodia policial y sin que sus propietarios puedan disponer del inmueble ni de las cosas que están dentro (ver aparte).
David Sandoval está acusado de asesinar con ensañamiento a Mónica García (bioquímica del laboratorio), Carmen Marcovecchio (psicóloga que tenía allí su consultorio) y Alejandra Carbajales (paciente de esta última).
Otro Sandoval, llamado Orlando y apodado «El Clavo», está acusado de encubrir el crimen.
La fiscal Benito llegó a la conclusión de que el asesino tuvo el propósito de «destruir la vida haciendo padecer» porque golpeó a las mujeres, las hirió con armas blancas y a una de ellas le disparó con un arma de fuego; luego, roció a las víctimas con ácido acético.
Otra mujer, Ketty Karavatic de Bilbao, sobrevivió a la agresión porque llegó al laboratorio luego de que se consumara la matanza.
La fiscal, sobre la base de los testimonios recabados, determinó que el hecho comenzó a las 19.45 de ese jueves y culminó a las 20.30. Hasta seis minutos antes alguien estuvo trabajando en la computadora del laboratorio porque así quedó registrado.
A David Sandoval se lo acusa del crimen porque en el laboratorio hallaron sus huellas, independientemente de que la Justicia sigue investigando la participación de otras personas en los asesinatos. De hecho, las características de las lesiones «no permiten asegurar que fueron producidas por una misma arma y una misma mano».
Lo que aún no se pudo terminar de esclarecer es quién es el paciente anotado en la libreta de la psicóloga como Martín. Tenía turno a las 19.15 de ese día.
Por la prolijidad con la que organizaba su trabajo Marcovecchio, se supone que era un paciente nuevo (carecía de carpeta en el archivo de la psicóloga).
Una paciente declaró que dos días antes del crimen se interrumpió la sesión porque una persona (hombre, de entre 30 a 45 años) se hizo oír para pedir un turno, cuando la puerta de ingreso al laboratorio estaba cerrada y la bioquímica García ya no estaba.
El edificio, aún con custodia
CIPOLLETTI (AC) – A 22 meses del crimen, el edificio del laboratorio se encuentra tal como quedó después del brutal ataque y el posterior auxilio que prestaron vecinos de la zona y los primeros policías que llegaron al lugar.
Por orden judicial, el lugar es vigilado día y noche por la Policía.
Igual de clausuradas por orden judicial permanecen el laboratorio de la bioquímica Ana Zerdán (entre el 17 y el 18 de septiembre de 1999) y el consultorio de la kinesióloga Diana del Frari (el 14 de agosto de 2001).
Dentro del edificio donde se cometió la masacre están los muebles y los aparatos del laboratorio, que pertenecen a las bioquímicas Elida Gisbert y Liliana Allende.
Las dos bioquímicas le pidieron, sin éxito, al juez Juan Torres que les permitiera retirar esos elementos, que para ellas son herramientas de trabajo vitales, además de un capital de trabajo inmovilizado.
En tres turnos la Policía dispone la custodia la esquina de 25 de Mayo y Roca, que se ha transformado en un símbolo de los terribles crímenes que sacudieron a los cipoleños.
CIPOLLETTI (AC) - David Sandoval asesinó a las tres víctimas de la masacre del laboratorio "con perversidad brutal, sometiendo a las víctimas a tormentos , aumentando deliberadamente sus sufrimientos, revelando con su excesiva crueldad ante la muerte el claro propósito de destruir la vida haciendo padecer". Con esta afirmación, la fiscal Ana Benito pidió la elevación a juicio oral de la causa.
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