La fiscalía dijo que Pinochet usó la tortura como sistema en Chile

Londres (EFE-Reuters).- El régimen del general Augusto Pinochet hizo «uso sistemático de la tortura» durante los diecisiete años que estuvo en el poder (1973-1990), según sostuvo ayer el fiscal de la primera audiencia en un tribunal británico que decidirá sobre la extradición del ex dictador chileno a España.

Pinochet, de 83 años, no asistió a la audiencia, que se espera dure al menos varios días, y sólo debe presentarse para conocer el veredicto, previsto para el próximo mes.

El gobernante militar se encuentra bajo arresto domiciliario en una mansión cerca de Londres. Su caso lleva casi un año en los tribunales, pero la sesión de ayer ante el magistrado Ronald Bartle es el inicio de la audiencia clave sobre si debe ser enviado a España.

Por primera vez desde la detención del general chileno, hace más de 11 meses, fueron escuchados ayer en un tribunal londinense los cargos por los que le reclama la Justicia española.

«Es hora de que el Gobierno de España presente este caso en toda su amplitud», dijo el fiscal, Alun Jones, al rechazar los intentos de la defensa para evitar que se considere la ampliación de los casos de tortura hecha por el juez Baltasar Garzón.

El magistrado español amplió a 35 los cargos contra Pinochet después del dictamen de la Cámara de los Lores (24 de marzo pasado) que limitó el proceso a delitos cometidos después de diciembre de 1988, cuando el Reino Unido ratificó la Convención contra la Tortura.

De los 35 cargos, uno es de conspiración para la tortura y los restantes de tortura a individuos concretos.

Jones, quien representa a la justicia española, consiguió que el juez le permitiera hablar de estos casos, lo que le dio pié para reforzar su argumentación, vincular los 35 casos con la conducta del régimen.

La «tortura estaba institucionalizada» al final de la dictadura, dijo Jones, quien expuso cada uno de los 35 casos registrados y leyó en la sala del tribunal varios testimonios. Las víctimas de tortura durante el régimen de Pinochet eran golpeadas con palos, sometidas a descargas eléctricas en los genitales, colgadas por las muñecas, sumergidas en agua, interrogadas desnudas, obligadas a permanecer de pie durante días y mordidas por perros, dijo Jones.

«Las acusaciones contra el general Pinochet constituyen, de hecho, algunas de las acusaciones más graves de crímenes presentadas jamás ante un tribunal inglés», dijo Jones.

El fiscal recordó que la misión del juez es sólo determinar si las acusaciones presentadas contra el acusado permiten o no la extradición de acuerdo con la ley de este país. Según el fiscal, un sólo caso es suficiente para otorgar la extradición.

Tras el trámite formal de identificación de Pinochet, su abogado defensor, Clive Nicholls, tomó la palabra y empezó por rechazar la aplicación de la Convención Europea sobre Extradición, de la que son signatarios España y el Reino Unido, y que exime al demandante de presentar pruebas sobre los cargos formuladas contra el acusado.

Pinochet no es responsable por los «espantosos» actos descritos en los cargos, declaró Nicholls. Ahora se están agregando cargos adicionales, mientras al general todavía se le limita cómo responder, dijo el abogado a la corte. «En cierto sentido, el general Pinochet está ante usted hoy con las manos atadas a sus espaldas», dijo Nicholls. «No hay prueba que lo implique en estos crímenes. La documentación simplemente no está allí», agregó.

La vista judicial sigue hoy en Bow Street con la intervención de la defensa.

Los amargos recuerdos del régimen dictatorial de 17 años de Pinochet separaron a simpatizantes y opositores, que se enfrentaron a gritos afuera del tribunal. Los opositores y simpatizantes fueron separados por vallas frente a la Corte de Magistrados de Bow Street, a escasos tres metros de distancia unos de otros, en el Covent Garden de Londres. Los simpatizantes de Pinochet superaban a los opositores en una relación de 200 a 30 personas. Pero los opositores se mostraron felices de que el caso llegara por fin a la corte.