La «generación intermedia» del PJ exige líderes avalados por los votos

Dirigentes de toda la provincia instaron a formar un partido "creíble"

VILLA EL MANZANO (AC).- Una denominada «generación intermedia» de dirigentes, legisladores, intendentes, concejales y militantes del Partido Justicialista respaldó ayer al ex presidente Néstor Kirchner, en el plano nacional, al senador Miguel Pichetto y al intendente de Roca, Carlos Soria, como líderes de la conducción del PJ en Río Negro, dejando fija la idea de refundar las bases del peronismo para llegar al poder en el 2011.

Tanto la barilochense Silvina García Larraburu como el intendente de Campo Grande, Ariel Rivero, consideraron que la tarea en adelante es retomar la iniciativa, completar la organización y evitar críticas infructuosas.

Insistieron en elegir hacia abajo de Pichetto y Soria a los que estén legitimando sus trayectorias con trabajo y votos.

«El peronismo tiene que estar conducido por gente legitimada por su pueblo y con conocimiento de temas importantes que hacen a la agenda pública de las regiones y la provincia», dijo Rivero, mentor del encuentro que se llevó a cabo ayer desde las 11 hasta pasadas las 14 en El Manzano.

Pichetto y Soria no participaron, pero no hacía falta porque era un hecho que iban a ser referenciados como pilares de la reorganización del PJ.

Sí llegaron los intendentes Luis Albrieu (Regina), Juan Carlos Apud (Beltrán), Javier Giménez (Ramos Mexía), Juan Reggioni (Fernández Oro), Javier Iud (San Antonio), Miguel Petricio (Mainqué) y Juan Garrone (Godoy). También estuvieron Ernesto Paillalef (Movimiento Evita), los legisladores Carlos Peralta, Martín Soria, Jorge Rodríguez, Larraburu, María Betancourth y Pedro Pesatti y los gremialistas Rubén López (Fruta), Rolando Troncoso (Hielo), Juan Hadad (Uatre), Edgardo Jara (Industrias Químicas).

Rivero abrió el fuego y anticipó el apoyo a Kirchner, Pichetto y Soria, pero se cuidó en destacar, porque había un dejo de tensión en el ambiente, que de ahí para abajo todos debían trabajar por un PJ «creíble» y en cierta forma «ganarse los laureles con gestión y militancia».

Garrone hizo autocrítica, como muchos, todos con distintos estilos. «Nuestro partido se ha dormido en el tiempo. Va a haber recambios», sentenció en alusión a esa generación intermedia.

Peralta dijo que estaba por la unidad «pero no con cualquiera. Vivimos con traiciones», observó, apuntando a Daniel Cortés, que apoyó al oficialismo en las primeras votaciones de la Legislatura.

El sindicalista López recibió un aplauso cuando se refirió concretamente a los que con «chapa» de peronistas «se pasaron al radicalismo, como Rubén Belich (secretario general de la CGT provincial), y Juan Carlos Scalesi», de UPCN.

En la reunión hubo dos o tres -sobre casi 150- que intentaron cuestionar a Kirchner porque no llegó nadie del gobierno central a apoyar la candidatura de Pichetto. Quedó en eso. El resto de los que se manejaron en el debate se aferraron a la línea de fortalecer a ultranza al partido y no abonaban ninguna tesitura cuestionante hacia el ex presidente.

También hubo una alusión a no darle más vuelo que el que merecen a «socios» políticos, y se mencionó concretamente a Julio Arriaga.


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