«La gente se defiende cada vez más del poder»

El escritor Marcos Aguinis expuso ante la SIP y luego dio una entrevista a "Río Negro". Calificó al kirchnerismo como un poder agresivo y habló de una sociedad "transgresora".

«En la Argentina, el poder legítimamente elegido se ha tornado, en su práctica objetiva, cada vez más torpe, más agresivo».

La reflexión corresponde al psiquiatra y escritor Marcos Aguinis, una de las expresiones intelectuales de mayor proyección en el marco de la 65 Asamblea Anual de la Sociedad Interamericana de Prensa que se realiza en Buenos Aires desde el viernes último.

Durante una entrevista mantenida con este diario, el autor de «La cruz invertida» -novela con la cual hace 39 años ganara el Premio Editorial Planeta- manifestó su convencimiento de que a lo largo y ancho de Latinoamérica, «y muy pesar de las anomias que nos son típicas, la gente se defiende cada vez más del poder».

-Desde hace más de 40 años, tanto desde la literatura como del ensayo, usted ha hecho del ejercicio del poder político un objeto central de análisis. ¿Qué mudanzas encuentra en Argentina , en el ejercicio concreto del poder? Admito que es una pregunta muy amplia, pero ?

-No, no, está bien, estaba bien. Hay un hecho central. Desde hace más de un cuarto de siglo vivimos en una democracia, imperfecta, deficitaria, lo que se quiera, pero en un marco democrático. Y si me permite, cambiando un poco el eje de su pregunta pero sin escaparle a la respuesta concreta, yo creo que para el caso argentino vale un hecho: a pesar de las anomias que nos son típicas, la gente se defiende cada vez más del poder. Hace valer sus derechos, reclama, quiere que el poder la escuche? en esta materia la gente es proactiva. Y lo hace en el marco de la democracia. El final del 2001 como ejemplo: a nadie o solo quizá a algún trasnochado, se le ocurrió que había que derivar hacia un golpe de Estado, por caso.

-En aquel diciembre o a lo largo de ese año y después, se puso de moda «toda la culpa a los políticos». Pero los políticos suelen ser nada más que un síntoma de problemas mayores. ¿Pero mejora la sociedad argentina en relación al cumplimiento -por caso- de la ley? Ésta es una cuestión a la cual usted le ha dedicado mucha tinta.

-No, no mejora. Es una sociedad muy transgresora y más transgresora aún cuando ve que el ejercicio del poder está carente de ejemplaridad. En todo esto reitero algo que mantengo desde hace muchos años: nos cuesta internalizar la ética, carencia que puede favorecer al poder inescrupuloso.

-¿En qué sentido favorece a un poder de ese cuño?

-En el sentido de que, si desde el poder se visualiza que la sociedad es muy laxa, el poder se siente menos condicionado.

-Sin embargo, y siguiendo una reflexión suya, la gente se defiende cada vez del poder.

-Lo cual no es una contradicción con que la gente tenga muy arraigada la desobediencia de la ley: la gente sale a defender lo suyo con independencia de tener o no espíritu crítico sobre su propia ética?

-En general, se sostiene en medios intelectuales que usted es el crítico más devastador del kirchnerismo. ¿Cómo reflexiona ese pergamino?

-No, no? no me miro ante ese espejo. Simplemente cumplo con el rol de decir lo que pienso de un poder muy autoritario? Porque, mire, en la Argentina el poder legítimamente elegido se ha tornado, en su práctica objetiva, cada vez más torpe, más agresivo. Eso es el kirchne- rismo. Un poder que hostiga todo lo que le es diferente, un poder que mediante mecanismos crecientemente agresivos busca siempre «enemigos» por aquí y por allá, un poder que quisiera cerrar todos los medios de comunicación, tener el país bajo el silencio que es propio de las dictaduras?

-¿Qué tipo de poder es el kirchnerismo de cara al futuro?

-Un poder derrotado…


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