La gente volvió a estar al lado del equipo

Mucho entusiasmo previo, con una taquilla que rozó el millón cuatrocientos.

La gente hizo lo suyo. Pobló mayoritariamente el «Monumental». No faltó con su respaldo anímico a un equipo que le venía respondiendo de maravillas y por eso, el marco fue imponente.

Es cierto que se esperaba más de la selección y por eso se entiende el desencanto con lo producido por el equipo, más allá del consuelo de que los tres puntos sirven para afianzar el liderazgo exclusivo.

La concurrencia ayudó a que la recaudación fuese de 1.329.425 pesos, superior a la conseguida en el primer partido de las eliminatorias con Chile, también en el estadio riverplatense. En aquella ocasión, las boleterías recibieron 1,2 millón de dólares. Ayer, asistieron al estadio 50.669 personas.

Eso sí, no faltó la reventa, esa costumbre tan propia nuestra. En los alrededores del estadio se encontraron varias personas «trabajando» en esa extra que les reportaría muy buenos dividendos.

Los precios de las entradas, que se agotaron el sábado, se ubicaron en 30 pesos para las populares y 70, como mínimo, para las plateas.

La entrada al estadio se realizó con mucha tranquilidad. Hubo un cacheo policial selectivo, según la cara del cliente. A los padres de los chicos se los palpó rápidamente, pero hubo un control más riguroso con los habitantes de la popular.

El público llegó muy lentamente, hubo mucha familia, muchos chicos y pocos cantos en la previa, salvo cuando salieron para pisar el césped los jugadores de Argentina.

Unas no, otras si: Los organizadores del partido y los encargados de la seguridad impidieron el ingreso de todas las banderas de clubes argentinos.

Sin embargo, en la tribuna que en forma habitual ocupan los hinchas de Ríver se observaron tres banderas del equipo «millonario», una sin leyenda o dos que decían «El placer de estar contigo» y «Villa Urquiza».

Caras conocidas: Entre los personajes más conocidos, estuvieron el jefe de gobierno porteño, Enrique Olivera, el ex boxeador Juan Martín «Látigo» Coggi, los músicos Juan Carlos y su hijo Facundo, integrantes del grupo folklórico «Los Chalchaleros». Además, asistieron Julio Grondona, los vicepresidentes de Boca y Ríver, Roberto Digón y Alfredo Dávicce, Néstor Fabbri y Norberto Alonso.

Angustia familiar: El encuentro fue el marco más propicio que encontró un padre argentino para reclamar por el paradero de su hijo de cinco años, que hace tres viajó acompañado de su madre a Bolivia sin su consentimiento, según expresó.

El padre de Nicolás Mujica colocó una bandera en la que reza: «Papá te está buscando», mientras que por casi todos los medios de comunicación presentes en el estadio explicó que su ex esposa «se lo llevó a Bolivia hace tres años» y desde ese momento no ha podido verlo, pese a haber viajado en varias oportunidades al país del altiplano.

Periodistas: El encuentro fue cubierto por representantes de 150 medios de comunicación de la Argentina, Latinoamérica y Europa. Asistieron colegas de Bolivia, México, Uruguay, Paraguay, Brasil, Venezuela y España, entre otros.

Los bolivianos no estuvieron tan solos

Al menos cinco mil bolivianos, que viven en la Argentina en su gran mayoría, fueron ayer al estadio «Monumental» para alentar a su seleccionado. «Colectividad boliviana en la Argentina», rezó una bandera en la platea visitante que da espaldas a la avenida Figueroa Alcorta, en la tribuna Centenario.

El público boliviano alentó con fervor el equipo, sobre todo en el primer tiempo, cuando tuvo las oportunidades más claras para convertir goles. Los hinchas habían llegado en once colectivos escolares naranjas y en una camioneta que tenía pegado un papel en el que se leía «hinchas de Bolivia a Ríver».

Diego siempre está: El público que colmó el estadio alentó antes y durante el entretiempo a Diego Maradona, quien se encuentra en Cuba realizando un tratamiento médico para curar una severa afección cardíaca y recuperarse de su adicción a las drogas.

Invento: Gracias al oportunismo de los vendedores ambulantes que formaron su propia «comunidad» en las inmediaciones del Monumental, los gorros de lana de color negro, una prenda sencilla que se consigue en cualquier negocio callejero, se convirtieron en un «invento de ocasión» con unos simples retoques estéticos.

Con la oportuna aparición de un escudito de la AFA bordado sobre el frente y el añadido de unos pequeños «parches» de tela con los colores celeste y blanco, estos gorritos se vendieron «como pan caliente» entre los hinchas, a unos módicos tres pesos, relegando a un segundo plano las vinchas y los pañuelos.

En tanto, algunas réplicas un tanto descoloridas de las camisetas albicelestes se podían conseguir a un valor de cinco pesos, al igual que las banderas argentinas, mientras que las ya tradicionales «galeras de arlequín», siempre matizadas con el celeste y blanco, tenían un costo de cuatro pesos.

Calmos y con buen humor

La mañana del seleccionado fue muy tranquila. Los jugadores se despertaron entre las 9.30 y 10 y hubo un desayuno muy liviano porque a las 12 estaba programado el almuerzo. El menú incluyó pastas, alguna porción de pizza para quien pedía, agua mineral y fruta de postre.

El equipo salió a las 13 del predio de la AFA y llegó a la cancha en el interno 47 de la empresa Chevallier. El primero en bajar fue Batistuta y lo hizo en el marco de importantes medidas de seguridad. A las 13.53 una docena de jugadores, entre ellos Roberto Sensini, Juan Sebastián Verón y Javier Zanetti, estuvieron en el campo de juego. Todos se mostraron de buen humor, especialmente la dupla conformada por la «brujita» Juan Sebastián Verón y el «Kily» González, quienes cantaban abrazados mientras sus compañeros simplemente golpeaban las palmas.


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