“La gente ya no quiere vivir en la ciudad capital”

Una investigadora del Conicet asegura que las corrientes migratorias cambiaron

El mayor punto convergente de las migraciones internas dejó de ser Buenos Aires, ya que, según se observa en los últimos años, los habitantes de las distintas regiones de la Argentina que son empujados por diversos factores a mudarse optan también por trasladarse a los alrededores de las capitales o ciudades intermedias de sus provincias de origen. Este proceso, que revelan los especialistas y los datos censales, contrasta con el fenómeno de mediados de siglo de trasladarse de una provincia a otra, y fundamentalmente a Buenos Aires, ya que los movimientos migratorios interprovinciales fueron disminuyendo en las últimas décadas.

“La evolución de los índices muestra que los desplazamientos interprovinciales disminuyeron a lo largo del siglo XX”, aseguró a Télam la especialista María Rosa Cozzani, investigadora del Conicet, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo y directora del Centro de Estudios e Investigaciones Sociogeodemográficas (Ceis).

“Hace treinta años alrededor de 1.680.000 personas se movilizaban de una provincia a otra, mientras que hace diez años este movimiento se redujo a 1.296.000. Si esto continúa, pareciera que existe una tendencia a la reducción de las migraciones interprovinciales de acuerdo a los balances migratorios”, añadió.

En contraposición, los desplazamientos de población dentro de una misma provincia, “continúan activos y dinámicos”, afirmó Cozzani, tras plantear dudas acerca de si estos movimientos “son etapas o metas migratorias directas, y qué efectos producen”.

“En los últimos años se observa que centros urbanos de segundo o tercer orden se han transformado en ciudades dormitorio, donde la gente va sólo a dormir porque durante el día trabaja en el centro metropolitano, en tanto, éste mantiene población durante el horario laboral”, dijo.

En este marco, destacó que “la gente ya no quiere vivir en la ciudad capital, prefiere residir en las áreas próximas donde tiene otras condiciones cono espacios verdes, casa; es un fenómeno mundial, lo que crece son las alrededores del núcleo capital, y en el interior eso es muy evidente”. Con respecto a las tendencias migratorias internas, los especialistas Alejandro Giusti, Gladys Massé y Mariela Goldberg, de la Dirección de Estadísticas Poblacionales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) afirman, en un análisis sobre la movilidad territorial de las personas, que ésta asumió “formas nuevas y particulares”. Los expertos manifiestan que “la movilidad ya no es ‘de toda la vida’ (aunque puede serlo) ni ‘reciente’ (a nivel de grandes períodos), sino que se caracteriza por cambios temporales más frecuentes, muchas veces múltiples”.

Frente a los déficit para registrar el flujo migratorio interno, los especialistas opinan que “los estudios microsociales ayudan a comprender el fenómeno”, pero para “el conocimiento de las regularidades” se plantean alternativas de medición “que contribuyan a superar el divorcio entre la realidad estadística y la social”.

Por su parte, Cozzani destacó que en este proceso migratorio “el fenómeno nuevo que se da en ambos tipos de desplazamientos, interprovincial o intraprovincial, es que para la decisión de migrar, pesa más la fuerza expulsiva que la atractiva”. En este sentido, Mario Santillo, director del Centro de Estudios Migratorios de América Latina (Cembla), sostuvo que “hay cada vez más una tendencia a emigrar a las ciudades intermedias o capitales, y esto no se va a detener, porque tiene que ver con este modelo de exclusión del mercado laboral”. (Télam)

Lejos de la tierra natal

Los porcentajes de habitantes que viven fuera de sus provincias natales son en algunos casos relevantes, como en Tierra del Fuego, donde el 56 por ciento de la población, según el último censo, no es fueguina; en tanto oscilan según cada región, hasta llegar al índice más bajo que se da en la provincia de San Juan con un 7 por ciento de pobladores oriundos de otras provincias.

Las personas que se trasladan a otras provincias constituyen casi un 20 por ciento de la población, según datos del Indec, mientras que el 76 por ciento son personas que no se han movido de sus provincias, y el resto son extranjeros.

Si bien la tendencia marca una disminución de los desplazamientos interprovinciales, la especialista María Rosa Cozzani destacó que dentro de este mismo proceso, hay provincias que perdieron población y otras que ganaron, como la Capital Federal, a donde ha llegado fundamentalmente gente del área bonaerense, de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba.

O la provincia de Buenos Aires, que recibió inmigrantes de la Capital Federal, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco y Tucumán mayoritariamente; los otros centros en general tienen un poder de atracción limitado a las provincias vecinas.

Este sistema de asentamiento interprovincial, con un peso importante en el caso del Gran Buenos Aires, donde el 34 por ciento de la población son migrantes de otras provincias, fue experimentando “una profunda transformación”, destaca el Informe sobre Desarrollo Humano en la provincia de Buenos Aires, del Senado de la Nación, redactado en 1997.

“La población nacional casi se duplicó entre 1950 y 1991 y mientras se distribuía muy desigualmente al comienzo del período, lo hacía por partes iguales al final”, tanto en poblaciones de menos de 50 mil habitantes, de más de esa cifra excepto Gran Buenos Aires, y de esta última, destaca el informe legislativo.

(Télam)

Contrastes de localidades del interior

Más de 100 localidades mostraron un fuerte dinamismo migratorio en la Argentina, según los datos estadísticos oficiales de 1991, y entre ellas se destacaron algunas del Nordeste, Noroeste, Cuyo y Patagonia.

Esas zonas fueron “mucho más dinámicas que las de la región pampeana, como la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos”, precisó la especialista Susana Sassone, investigadora y directora del programa de Investigaciones Geodemográficas (Prigeo-Conicet) y docente de la Universidad del Salvador.

¿Cuáles fueron esas ciudades que tuvieron mayor dinamismo?

Ciudades intermedias ligadas a la actividad turística, como Ushuaia, Puerto Iguazú, Perico en Jujuy, Termas de Río Hondo, Centenario que está ligado a la ciudad de Neuquén, ciudades donde ha habido determinadas inversiones, o con industrias pujantes como en el caso de Venado Tuerto, San Francisco y Frontera, en el límite entre Santa Fe y Córdoba.

¿Cuál es la tendencia sobre la movilidad interna de la población?.

La población se va desplazando hacia centros de mayor jerarquía y lo que se ve en los últimos 30 años es que si en los 70 y 80 las que más han crecido fueron las capitales provinciales, en la década siguiente son las llamadas ciudades intermedias que tienen entre 20 mil y 150 mil habitantes.

Usted habla de los censos del 80 y del 91 ¿Podemos hablar de que el 2000 se inscribe dentro de esta misma tendencia?

Si yo tuviese que hablar de la tendencia diría que en valores absolutos las capitales de provincia mantienen una fuerte atracción; no obstante, lo que hay es un proceso de redistribución.


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