La Guapa y una lección a la que debe sacarle provecho
No pudo ser: Mayra Gómez perdió con Carolina Duer en su intento por la corona del mundo.
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La neuquina perdió, pero hizo una gran pelea.
BUENOS AIRES (Especial por Luis Amaolo).- Extraña sensación la que vivió el viernes la neuquina Mayra Gómez. Hacía apenas un par de minutos su sueño de coronarse campeona del mundo se había hecho añicos en el tapiz del inhóspito Club Social de Alejandro Korn, pero ella estaba feliz y no paraba de reír. Sería absurdo negar que las derrotas duelen, pero también es cierto que algunas de ellas a veces son gratificantes. Por lo menos, esa fue la imagen que dejó la derrota que sufrió “La Guapa” de Chos Malal ante la carismática púgil porteña Carolina Duer, que luego de 10 intensos capítulos se coronó campeona mundial gallo de la OMB. La ajustadísima victoria de la también titular ecuménica de las supemoscas de la misma organización, llegó en forma unánime en las tarjetas, con dos guarismos (96-94) que se acercan a la realidad y una absurda de 98-92, que obligan a replantear la presencia de algunos personajes siniestros dentro de ésta actividad. “Cómo no voy a estar satisfecha, si superé mis propias expectativas y hasta la tuve sentida en varios ocasiones. Creo que me faltó experiencia para definirla, pero me voy feliz porque cumplí con lo planificado”, tiró emocionada la neuquina, apenas bajó del ring. En la previa, los números le eran esquivos a la nativa de Chos Malal: 10-1 abajo en las apuestas, inconvenientes para dar el peso (tuvo que exigirse durante 90 minutos para dar con la exigencia), escasa experiencia en este tipo de cruces y enfrente, una boxeadora con personalidad, con un respetable palmarés y el respaldo de una multitud, además de ser actualmente una “estrella” de la televisión. Esa adversa realidad Mayra la revirtió en pocos minutos, al plantarse con actitud sobre el cuadrilátero y llegar con certeza sobre una rival que tardó varios asaltos en asumir su rol de principal protagonista. La neuquina tuvo momentos notables, donde quebró con ganchos y voleos la defensa de Duer, pero no tuvo continuidad, corrió más de la cuenta y careció de personalidad en los momentos clave. También jugó en su contra su exceso de confianza y abusó de ese bailoteó absurdo sobre la lona que resta más de lo que suma. Pero esas falencias (corregibles a base de experiencia y con rodaje sobre el ring) no eclipsan la muy buena actuación de Mayra, que provocó no sólo el asombro de los especialistas, sino también del numeroso público que al finalizar el cruce, le dieron un emocionado respaldo. “La actuación de Mayra nos superó. Sabía que estaba motivada, porque es una piba que no le tiene miedo a nada, pero jamás imaginé que nos iba a regalar una actuación así. Duele perder, a mi no me gusta perder a nada, pero su entrega me emocionó. Vamos a seguir trabajando, porque estamos a un paso nada más de ser campeones del mundo”, cerró exultante su entrenador, Bruno Godoy. Está claro que las derrotas duelen, pero también es cierto que de ellas se aprende, y mucho. Mayra Gómez tiene que entender que se trató de una gran lección.
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