La guerra de Irak, con ojos argentinos
Mauro Andrizzi, de 29 años, realizó "Iraqi Short Films". Se vio en el MOMA, el Pompidou y en la campaña de Obama.
Tres soldados estadounidenses están tirados en el piso, la cabeza escondida entre los brazos. Una lluvia de obuses cae sobre el edificio en que se encuentran en Irak. Uno grita aterrado, otro no deja de musitar «Dios, por favor, haz que esto acabe pronto». La imagen, posiblemente, fue tomada con un teléfono celular.
Dos milicianos esperan escondidos detrás de un arbusto. No se los ve, pero se los escucha hablar entre ellos. De repente, un blindado estadounidense pasa por la ruta. Uno de ellos aprieta el mando a distancia. El vehículo vuela por los aires. «Alá es grande, Alá es grande», festejan los milicianos. Este tipo de registro de las «operaciones heroicas contra el enemigo» son una parte central de la propaganda que las milicias que combaten en la región distribuyen por Internet.
Ésta y otras impactantes imágenes forman parte de «Iraqi Short Films», la película que el joven director argentino Mauro Andrizzi, de 29 años, realizó con videos clandestinos y no tanto que bajó de Internet. El filme, que ya recorrió con éxito numerosos festivales internacionales como el de Teherán, el de Gijón o el BAFICI y que se proyectó en el MOMA de Nueva York y el Centre Pompidou de París, forma parte este mes de la programación del prestigioso Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
«Desde hace varias décadas en Medio Oriente se están jugando varias cuestiones económicas, morales y políticas que van a definir la primera parte de este siglo y van a influir muchísimo en Occidente, por eso me pareció un lugar interesante para pensar e investigar», dijo Andrizzi.
«La idea era mostrar que esta guerra (la de Irak) es como una gran ficción. Para mí, Medio Oriente es en este momento la gran ficción de Occidente, casi todo lo que sale en las noticias es mentira o inventado, muchas veces debido a los grandes intereses de los medios pero también a la ignorancia de los mismos periodistas», explicó el director, antes de la proyección.
Es por eso que todas las imágenes que encontró después de una ardua investigación por la web fueron retocadas. Algunos diálogos están subtitulados con variaciones, en otros casos se eliminaron contraplanos en los que se explicaba qué era lo que estaba pasando exactamente para generar más suspenso.
«La idea era manipular todo el material para diferenciarme un poco de la estructura televisiva y jugar con ciertas nociones que tiene el espectador occidental sobre Medio Oriente y confrontar con esa idea. La idea más que esclarecer era ocultar cosas», señaló Andrizzi.
A lo largo de la película no se ven, por ejemplo, atacantes suicidas inmolándose. La situación es sugerida: se puede ver, por ejemplo, a dos milicianos llenando un cajón de frutas con explosivos, cubriéndolo con hojas y amarrándolo a una bicicleta. Lo último que se muestra es a uno de los hombres alejándose en la bicicleta por una ruta.
«Traté de no poner ninguna de esas imágenes, así como tampoco puse decapitaciones ni un video muy famoso donde un soldado norteamericano está desarmando una bomba durante 30 minutos y al final le estalla en la cara. Me parecía mejor sugerir y jugar con el fuera de campo que ver gente volando en pedazos», afirmó el director.
Para Andrizzi, el gran frente de batalla del futuro es Medio Oriente. «Lo que está pasando en Afganistán, en Irak, y lo que pasará entre India y Pakistán, cómo se resuelven esas movidas de ajedrez van a definir los próximos 40 ó 50 años. En el mundo hay gente que vive en el siglo XXI, los que tienen más dinero viven en el siglo XXII y los más pobres viven en el Medioevo. En ese choque, que no es religioso ni cultural, sino que tiene que ver con la riqueza y la pobreza, va a haber una fricción importante, de hecho ya la hay. Según cómo se resuelva ese conflicto, la dimensión de ese choque va a ser mayor o menor. Por eso creo que hay que estar con los ojos muy puestos en Medio Oriente». (DPA)
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