La guerra de monedas se traslada a la región
En lo que va de septiembre el real se devaluó un 12%. La economía argentina pierde competitividad frente a su principal socio comercial. En la plaza local el dólar no se mueve: $ 4,24.
En sintonía con la jornada negra que vivieron los mercados, la moneda de Brasil se depreció ayer otro 4% y se aproxima a perforar el techo de 1,80 unidades por dólar por primera vez en más de un año.
En lo que va de septiembre la moneda brasileña ya se devaluó un 12% respecto del dólar.
Todo indica que esta tendencia se mantendrá, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere, por el temor a un empeoramiento de la crisis de deuda en Europa.
De mantenerse este proceso de depreciación sobre el real, los problemas no tardarán en llegar a la economía argentina.
Durante la última reunión entre Dilma Rousseff y Cristina Fernández acordaron mantener pautas cambiarias para permitir el crecimiento de sus economías y que no se vea perjudicado el flujo comercial en el Mercosur. En ese entonces un importante allegado del ministro de Economía, Amado Boudou, dejó trascender que “el peso iba a acompañar cualquier desvío que presente el real. Eso es lo que se acordó entre las presidentas”.
Pero la velocidad con que se está devaluando el real complica la competitividad del peso y no falta mucho para que se escuchen las primeras voces de protesta, especialmente del segmento industrial argentino que hoy todavía sobrevive a “la invasión” de productos del vecino país por la mejora competitiva que arrastra el peso argentino.
Contrariamente a lo que presumía el mercado, es decir que la moneda local iba a acompañar la devaluación del real, el Banco Central insiste en poner un freno a la corrida del dólar. “No queremos generar más expectativas de las que ya hay a sólo semanas de las elecciones. Hoy la minicorrida que se observa en el mercado es producto del período preelectoral que se vive”, confió ayer uno de los funcionarios de Economía de la Nación al ser consultado por el tema.
Fiel a su palabra, ayer el Banco Central tuvo que desprenderse de 220 millones de dólares con el objetivo de abastecer la persistente demanda de divisas. En el mercado minorista esta intervención “planchó” la divisa estadounidense en 4,24 pesos por dólar. Sin embargo, el billete para la fuga de capitales alcanzó los 4,61 pesos.
La autoridad monetaria mostró inicialmente en las pantallas dos tandas de 100 millones de dólares que fueron tomadas por el mercado en su totalidad. Más tarde le sumó una postura de 500 millones en una muestra del poder que tiene para influir poniendo a disposición todos los dólares que la plaza requiera, de la cual fueron absorbidos sólo 20 millones de dólares. Es así que del total de 700 millones ofertados por el BCRA el mercado tomó 220 millones de dólares.
Para muchos analistas económicos el esquema de mantener el peso atado al dólar sin modificaciones con un real devaluándose a las tasas de los últimos días no es viable en la economía argentina. Brasil es uno de los principales destinos de nuestras exportaciones y junto con la soja sostienen los pocos excedentes fiscales con que hoy cuenta el Tesoro nacional.
(Redacción Central)
Rousseff respalda la política de devaluar el real para ganar competitividad sobre su oferta exportable.
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