La hacienda y la generación de energía no se verán afectados
Los cambios de clima que se observan para el otoño no afectarán a dos actividades clave para la región.
Una de ellas es la ganadería. El mayor nivel de humedad, producto de las precipitaciones esperadas para lo que queda de abril y mayo, permitirá un buen almacenamiento de agua en los suelos de secano de gran parte de la provincia de Río Negro. Las pasturas de invierno se verán beneficiadas con este contexto pese a la baja de la temperatura que existirá en ese período. Los campos van a estar con mejor disponibilidad de alimento para la hacienda y con más carga forrajera para el inicio de la primavera. En la zona cordillerana, fuerte también en la producción ganadera, el aumento de humedad será menos intensivo a lo que hay que agregarle bajas temperaturas.
En definitiva, con un marzo relativamente seco hay que esperar un mes de abril y mayo con humedad más cerca de la media histórica.
En lo que respecta a la generación de energía, cabe señalar que las cuencas del Limay, Collón Cura y Neuquén, dependen mucho de las lluvias de otoño. Pese a que en todo el cordón cordillerano del sur las precipitaciones durante marzo se ubicaron por debajo de las medias históricas, los datos de abril y las perspectivas de mayo son mucho más alentadores.
Independientemente de ello los principales embalses de la región se encuentran con buena provisión de agua por lo que no habrá que esperar problemas para la generación a partir de mayo. Un dato importante teniendo en cuenta el déficit energético que arrastra el país desde fines de 2007.
Los cambios de clima que se observan para el otoño no afectarán a dos actividades clave para la región.
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