La hemofilia, una enfermedad que no hay que tomar a la ligera

Los pequeños golpes son algo muy frecuente en la vida cotidiana: uno puede chocar contra el marco de la puerta o llevarse puesta la punta de un mueble con el muslo al pasar. A algunas personas se les forma poco tiempo después del golpe un gran moretón. Sin embargo, si esto sucede seguido, puede ser un indicio de hemofilia, un defecto en la coagulación de la sangre que no hay que tomarse a la ligera.

Si el sistema de coagulación está desbalanceado, puede tener como consecuencia un infarto al corazón o una apoplejía. En el caso de heridas mayores u operaciones, existe el riesgo de desangrarse. Por eso, si tiene la sospecha de que no está coagulando bien, debería acudir cuanto antes al médico y someterse a una prueba.

Las primeras señales de problemas con la coagulación pueden ser los moretones frecuentes tras golpes ligeros o un sangrado frecuente y fuerte de la nariz. Las mujeres afectadas por esta enfermedad suelen tener reglas fuertes y largas. Si una herida pequeña tarda mucho en parar de sangrar, también puede ser un síntoma de hemofilia.

Para establecer un diagnóstico, hay que tomar una muestra de sangre y analizarla en el laboratorio. El médico también querrá saber si hay antecedentes en la familia.

La hemofilia se suele heredar y afecta mayormente a los hombres. El principal problema es que la mayoría de las personas que la padecen no son conscientes de que tienen un problema de coagulación.

Las alteraciones en la coagulación no son sólo de nacimiento, sino que pueden surgir también a lo largo de la vida, en caso de problemas de hígado o leucemia. Algunos medicamentos empleados para el tratamiento del cáncer, por ejemplo, también pueden afectar la coagulación, por lo que en esos casos es necesario un estricto control.

En el caso de hemofilias A y B, se puede añadir a la circulación el factor de coagulación faltante o deficiente mediante medicamentos que se suministran de forma intravenosa. Los afectados tampoco deberían tomar alcohol o medicamentos que pueden dañar el hígado.

Sin embargo, no sólo representa un problema una coagulación deficiente. Si la coagulación es demasiado fuerte, se pueden formar cóagulos, es decir, se puede sufrir una trombosis. Este tipo de coágulos se pueden evitar con una medicación adecuada, siempre bajo supervisión de un médico.

dpa


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