La herencia de un terrorífico don

por CLAUDIO ANDRADE candrade@rionegro.com.ar

Existe más de una forma de ceguera y es la imposibilidad de ver con los propios ojos. Es justamente este tópico el que explora la película «El ojo». Una joven recibe la donación de unas córneas y obtiene lo que siempre se le ha negado: la vista. Poco a poco descubre que la herencia del preciado sentido viene con un inesperado don. Ahora sus ojos son capaces de ver lo que nadie más ve.

En cierto modo «El ojo» resulta un particular homenaje a «Sexto sentido», así como el filme protagonizado por Bruce Willis significó la síntesis perfecta de los cuentos de fantasmas e historias de misterios que pululan en el imaginario colectivo de nuestra civilización. «El ojo» es sobre todo una narración exquisita. El filme está cuidadosamente editado y no se rinde al facilismo de los efectos especiales. Busca más que sorprendernos a través del terror, renovar nuestra percepción de una tradición literaria. Hay dos o tres momentos verdaderamente escalofriantes en el transcurso del filme, sin embargo, en su mayor parte está dedicado a desarrollar la historia con propiedad e inteligencia. Estética y suspenso se entrelazan constantemente a lo largo del guión hasta llevarnos al clímax siempre tan esperado. En el medio habrá amor y terror en dosis suficientes para lograr que «El ojo» nos interese y, por qué no, hasta apasione.


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