La hora de Hernán

La "9" de la selección encontró a su dueño.

Fue la noche que interiormente esperaba. Tras el retiro de Gabriel Batistuta, la 9 de la Selección todavía permanecía, para algunos, en observación. Desde la noche del miércoles, con los dos goles ante Brasil y una gran actuación, ya no quedan dudas: Hernán Crespo es el heredero del 'Batigol'. «No creo que sea así por las experiencias vividas… Igualmente, futbolísticamente es difícil tener más felicidad que esta», le expresó el goleador del Milan a «Río Negro».

– ¿Cuál es la sensación después de la victoria?

– Estoy feliz de la vida. Me acuerdo de lo triste que estábamos hace un año en la noche de Brasil, después del 3-1 con los penales de Ronaldo. Ese día tenía mucha tristeza y amargura. Por eso ahora gozo aún más este triunfo. No sé si fue vengarnos pero sí tomarnos una revancha. Logramos satisfacer a la gente y demostramos un gran fútbol.

– ¿Lo resolvieron más fácil de lo que se imaginaba?

– Después de las experiencias vividas, no creía que el partido estuviera resuelto en el primer tiempo. Y lo demostraron porque después salieron a atacar. Brasil te puede meter en dificultades en cualquier momento.

– ¿Te acordaste de cuando Liverpool empató después de ir 3-0?

– Sí, siempre. Con el 3-1 más todavía. Después, cuando Adriano pateó y pegó en el palo, pensé «ya está, no es para ellos, no lo van a empatar nunca».

– ¿Por qué cambió tanto el partido en el segundo tiempo?

– Brasil tomó mejor las marcas y fue más para adelante sin nada que perder. Además hicimos un gran desgaste en la primera parte y no se pudo mantener el ritmo.

– Se habló demasiado de las individualidades de Brasil…

– No cambia la opinión por un partido. Siguen siendo unos fenómenos del fútbol mundial. Nosotros realizamos un gran partido. Hicimos lo que no les gusta que es sacarles la pelota. Salimos a atacar como en cualquier cancha. Y pudimos plasmar en la red la superioridad del juego.

– En una semana jugaron el peor partido (Ecuador) y el mejor (Brasil)…

– Sí. En una Eliminatoria te puede suceder. No es casualidad que Ecuador gane una cantidad enorme de puntos de local y afuera le cueste. Allá no nos salía una y cuatro días después estuvimos súper precisos. El fútbol es lindo también por esto.

– Pocas selecciones ya están clasificadas, ¿qué te pasa interiormente?

– Un poco de todo. La satisfacción de decir «tarea cumplida». Estamos contentísimos. Pero no clasificamos después de Brasil. Hay un esfuerzo de años de seguir viniendo, de ponerle el pecho a la balas y de mostrar la cara en los momentos difíciles. El sacrificio es siempre el mismo por más que ahora estemos más dulces por esta gran victoria. Nadie te pone un pistola y te obliga a viajar 14 horas para jugar en la Selección. Sigue permaneciendo entre nosotros ese espíritu amateur.

– ¿Se te viene el recuerdo del llanto tras la eliminación en Japón-Corea?

– Pasa, pasa… En el momento que uno juega a algo, te toca ganar y perder. Por eso tenés que estar acostumbrado a los golpes. Y yo venía de uno muy duro de la Champions. No tenía siquiera ganas de ponerme los botines y jugar a la pelota. Estaba fastidioso. No podía ser que tuviera tanta mala suerte. Y de repente te tocan estas cosas, como ganarle a Brasil jugando bárbaro y hacer dos goles.

Juan Ignacio Pereyra

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