La hora viedmense, paralizada unos días más
El centenario reloj de la Manzana Salesiana se averió. La reparación demandará unos 20 días.
SOCIEDAD
La comunidad capitalina conserva la esperanza de que en pocos días más volverá a medir su tiempo elevando la vista hacia el reloj de la Manzana Histórica Salesiana. Es que se debe reparar el antiguo áncora. Se trata de una pieza que regula el movimiento. Como dijo basta, le paralizó por unos días el pulso a los viedmenses.
Para ello, volvió a la ciudad, Javier Ahumada, un experto en el mantenimiento de relojes monumentales -oriundo de La Plata- y con pergaminos en el país y en el exterior.
La tarea demandaría unos 20 días en virtud de que el mencionado órgano de impulsión quedó averiado luego de 127 años de uso, y que quizá recrudeció como producto de un error humano dentro del mantenimiento local; explicó el maestro de relojería.
Ahumada había desembarcado por primera vez en agosto del año pasado y tras una paciente tarea logró restaurarlo y echarlo a andar. Volvió mediante gestiones realizadas por el presidente del bloque de legislador del Frente para la Victoria, Pedro Pesatti.
En un primer diagnóstico de las recientes roturas, señaló que “se detuvo un engranaje y arrancó uno de los dientes del áncora, que es lo que marca el tiempo”. Su forma (de 10×25 cm) es similar al ancla de un barco, y de allí su nombre.
Ahumada agregó que el órgano de impulsión “gira sobre una rueda de escape y a eso se le rompió un diente, por lo cual el trabajo debe ser tallado en forma artesanal”.
La nueva pieza será fabricada en acero forjado que lleva un templado especial, y que requiere cierta dureza. La labor estará a cargo de una empresa siderúrgica de Buenos Aires que le efectuará un tratamiento con aceite de tungsteno.
Este elemento está ligado al péndulo, y según observó el especialista, no puede marcar la hora en la actualidad porque se perdió el control.
Luego de la nueva restauración y puesta en marcha, habrá garantías de funcionamiento; pues las tareas de darle cuerda y preservarlo seguirán en manos de un profesor y alumnos del CET N° 6.
El reloj fue fabricado en Buenos Aires en el año 1887. Es el único en su tipo en la zona y, sin dudas, la máquina de origen alemán de relojería está considerada como la más antigua.
Ahumada resaltó la actitud de las autoridades de pugnar por mantener las piezas originales para “evitar que pierda su esencia” si se instala un reloj eléctrico.
Agencia Viedma
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