La huella no fue suficiente

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- La huella digital del imputado en la ventana de la casa asaltada no fue considerada prueba suficiente para los jueces de la Cámara Segunda del Crimen condenen a un hombre por un violento robo con armas. Las respuestas dubitativas del testigo de actuación y el argumento en la sentencia de que “se trata de un único elemento indiciario” convencieron a los jueces de la inocencia del acusado. El fiscal Eduardo Fernández le atribuyó a Juan Manuel Pappalardo (37) el asalto ocurrido a las 4 del 8 de enero de 2010 en la vivienda de Federico Allende. Aunque el dueño de casa ofreció entregarle el dinero que tenía, los delincuentes exigían lo que había en “la caja”, suponiendo que Allende guardaría allí el dinero de la concesionaria de autos donde trabajaba. Allende logró arrebatarle el arma y se encerró en el baño con su familia. Uno de los asaltantes disparó contra el baño e hirió en un pie a la mujer de Allende. A Pappalardo lo vinculó con el hecho la huella digital que el personal de Criminalística “levantó” de la ventana corrediza retirada por los asaltantes, pero el imputado negó su participación y denunció que “pusieron mi huella”. La familia Allende abandonó la ciudad, su casa y su trabajo ese mismo día, y no se presentaron en la audiencia de debate. La defensora Mónica Rosati cuestionó las contradicciones en fechas y horarios, calificó de dudosa a la prueba y logró la absolución de Pappalardo.


SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- La huella digital del imputado en la ventana de la casa asaltada no fue considerada prueba suficiente para los jueces de la Cámara Segunda del Crimen condenen a un hombre por un violento robo con armas. Las respuestas dubitativas del testigo de actuación y el argumento en la sentencia de que “se trata de un único elemento indiciario” convencieron a los jueces de la inocencia del acusado. El fiscal Eduardo Fernández le atribuyó a Juan Manuel Pappalardo (37) el asalto ocurrido a las 4 del 8 de enero de 2010 en la vivienda de Federico Allende. Aunque el dueño de casa ofreció entregarle el dinero que tenía, los delincuentes exigían lo que había en “la caja”, suponiendo que Allende guardaría allí el dinero de la concesionaria de autos donde trabajaba. Allende logró arrebatarle el arma y se encerró en el baño con su familia. Uno de los asaltantes disparó contra el baño e hirió en un pie a la mujer de Allende. A Pappalardo lo vinculó con el hecho la huella digital que el personal de Criminalística “levantó” de la ventana corrediza retirada por los asaltantes, pero el imputado negó su participación y denunció que “pusieron mi huella”. La familia Allende abandonó la ciudad, su casa y su trabajo ese mismo día, y no se presentaron en la audiencia de debate. La defensora Mónica Rosati cuestionó las contradicciones en fechas y horarios, calificó de dudosa a la prueba y logró la absolución de Pappalardo.

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