La Iglesia, dura con la dirigencia política
La Iglesia tuvo un sólo discurso en estas celebraciones pascuales. Atacó a la dirigencia política, pidió gestos de renunciamiento a empresarios y llamó a volver a la cultura del trabajo.
Obispos de distintas zonas del país se refirieron a la crisis que atraviesa el país con críticos mensajes contra la corrupción y reclamaron un cambio profundo con motivo de la Semana Santa para que quienes tengan más aporten más.
Pidieron que se restablezca la «cultura del trabajo» para poder revertir la crisis socio-económico-financiera que atraviesa el país, caracterizada por altos índices de desocupación y el número creciente de pobres.
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Agustín Radrizzani, lamentó el «clima enrarecido», la falta de «un claro horizonte» y la «mezquindad del sálvese quien pueda» que priman en la Argentina.
En tanto, el obispo de Comodoro Rivadavia, monseñor Pedro Ronchino, dijo en su mensaje pascual que «la esperanza fundada en la fidelidad de Dios» es la «única capaz de combatir la corrupción generalizada, culpable de esta «muerte terminal»».
Según el prelado, hace falta «sacrificios, «muertes momentáneas»: no hay otro camino. Y en este camino que implica renuncias, no cabe duda de que quienes tienen más en responsabilidades, en inteligencia, en bondad, en capacidades de todo tipo, en bienes materiales, deben dar más».
En un crítico mensaje, el arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, aseguró que para que la Argentina y la provincia renazcan fortalecidas de la crisis «deben morir la corrupción, el robo y la coima» e instó a los políticos que no se sientan capaces que «den un paso al costado», porque hace falta «una nueva dirigencia».
Desde el Chaco, el arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, instó a los sacerdotes a tener «mansedumbre pastoral» y acompañar «la vivencia de la fe en medio de la violencia y la corrupción del momento».
Giaquinta reprobó «la incapacidad e inconducta» de los políticos, que «han degradado la más noble de las vocaciones terrenas. Sólo a través del trabajo se podrá enfrentar con éxito esta situación de posguerra en la que está inmersa la Argentina y de la que muchos todavía no tienen cabal conciencia», agregó.
Al presidir la misa crismal en la catedral provincial, el obispo de Santiago del Estero, monseñor Juan Carlos Maccarone, se refirió a «la pérdida de certezas, de creencias, que son la base del diario vivir».
Por su parte, el obispo de Reconquista, monseñor Andrés Stanovnik, instó en su mensaje a «dejar atrás el desaliento y la desconfianza para creer y abrir las puertas de la solidaridad a tantos peregrinos nuevos, que genera día a día la crisis que se instaló entre nosotros».
Se refirió «a las mujeres que pelean con uñas y dientes para que su familia no se hunda bajo la depresión que provoca la desocupación, o a aquellos que dedican horas de su tiempo para acompañar a ancianos abandonados en hospitales o en esas casas donde los depositamos como un objeto en desuso».
Por su parte, El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, monseñor Bergoglio, pidió a los sacerdotes que «en el clima de falta de credibilidad en que vivimos, en el que toda persona pública tiene que dar examen cada día, no busquemos ni pretendamos otra credibilidad que la que proviene de la unción de Cristo».(Télam, DyN)
Primatesta con un pico de tensión
El arzobispo emérito de Córdoba, Raúl Primatesta, se descompuso ayer durante la misa que concelebraba en la Catedral cordobesa, junto al obispo, Carlos Ñañez y debió ser retirado del lugar, aunque se repuso momentos después.
Primatesta se encontraba cerca del altar participando de la concelebración del oficio religioso del Jueves Santo cuando se lo vio trastabillar y tomarse del brazo de uno de los sacerdotes que estaban junto a él, dijeron medios de prensa.
Entonces, el veterano prelado fue retirado hacia la sacristía y, de inmediato, fue llamado un servicio privado de emergencia y llegó también el médico personal de Primatesta, Omar Candela.
Los médicos coincidieron en que el arzobispo sufrió un cuadro de hipotensión arterial y le recomendaron someterse a diversos estudios. (DyN)
Casaretto, entre la bronca y la esperanza
El titular de Cáritas, monseñor Jorge Casaretto, volvió a advertir que «tenemos que apostar a la conversión de la dirigencia argentina» como única forma de «encontrar el camino» para salir de la crisis y confesó que en su trabajo dentro de la Mesa del Diálogo Social pasó por «estados de bronca, depresión, ilusión y decepción».
Por otra parte, ratificó que el presidente Duhalde «quiere darle una prioridad fundamental» a la implementación del «salario de inclusión social» y precisó que se está «tratando de que (ese subsidio) se instrumente a través de una tarjeta para evitar el manejo político que muchas veces hacen los punteros de las ayudas sociales».
En el marco de la celebración del Jueves Santo, el obispo de San Isidro, hombre clave en la instancia del Diálogo, abogó porque «Dios quiera que esta ayuda se pueda implementar, ya que sería muy importante para la gente que está padeciendo más».
Ayer, el religioso insistió en que «hay como una aspiración muy grande en el pueblo que tiene que reflejarse en la dirigencia. Por eso la clave está en el cambio de la dirigencia argentina».
En la región advierten sobre desconfianza en las autoridades
VIEDMA (AV)- Los obispos de Río Negro y Neuquén advirtieron sobre la desconfianza que existe en las autoridades de ambas provincias y se pronunciaron en favor de una sociedad «más justa».
Estas reflexiones forman parte del Mensaje de Pascua 2002 que suscribieron los prelados de Bariloche, Fernando Maletti, José Pozzi por el Alto Valle, Marcelo Melani de Neuquén y Graciano Cavalli, Administrador Diocesano de Neuquén.
El extenso pronunciamiento pascual admite que «puede parecer muy poco oportuno, en la situación que estamos viviendo, hablar de alegría pascual, de victoria de la vida sobre la muerte y cantar los aleluyas pascuales con sinceridad de corazón».
Ante eso invitaron a la feligresía a reflexionar haciendo suyas algunas advertencias lanzadas por el Papa Juan Pablo II, quien describió la situación social económica argentina alertando que «la profunda crisis que afecta a toda la sociedad pone en peligro la estabilidad democrática y la solidez de las instituciones públicas, con consecuencias que van más allá de las propias fronteras patrias».
También recordaron el mensaje difundido en febrero por el grupo de obispos argentinos en el que se consideró que «en muchos hogares falta hasta lo más indispensable poniendo a tantas personas ante un futuro lleno de riesgo e incertidumbre».
Los prelados pusieron énfasis en que «todos debemos tener una constante preocupación para salvaguardar el Estado de derecho y la democracia contra cualquier intento de instaurar un gobierno autoritario en nuestra patria».
Trazando una mirada sobre la región agregaron «la desconfianza en las autoridades a todos los niveles, la situación de crisis de los sectores de la Salud y de la Educación, la permanente postergación de los productores y sectores activos de la industria y del comercio, la verdadera miseria en que se encuentran muchos ancianos y jubilados, la falta de un futuro para tantos jóvenes que no encuentran sentido al estudio y a la formación, y que buscan un placer momentáneo en el alcohol o en las drogas».
Hesayne: contra los nuevos amos
El obispo emérito de Viedma, monseñor Miguel Hesayne, convocó , en su mensaje pascual, a «superar la tentación de caer en manos de nuevos amos», entre los que identificó al «dinero, sexo, poder, clericalismo, dictaduras y demagogia».
«Como cristianos no podemos aceptar sistemas económicos-políticos que no sean capaces de crear condiciones que permitan recrear una patria de hermanos en libertad y justicia solidaria y equitativa».
«No habrá Argentina nueva si no hay hombres de corazones nuevos en todas las estructuras socio-económico-político-culturales la sociedad», manifestó.
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