La Iglesia teme que el fallo se vea como aval al aborto

Generalizadas opiniones a favor tras el fallo de la Corte Suprema que autoriza a adelantar el parto a una mujer cuyo bebé padece una grave malformación que hace inviable su vida.

Las repercusiones del fallo de la Corte Suprema que autorizó a una embarazada a adelantar la fecha de su parto, aun con matices, coincidieron en avalar la medida, considerándola ajustada al caso particular.

Por caso, el Arzobispado de Buenos Aires manifiesta que en la sentencia del máximo tribunal se “explicita que no se trata de un aborto” y que por ello mismo “sería de lamentar” que el fallo de la Corte Suprema que autorizó a inducir prematuramente un parto de un bebé que tiene nulas posibilidades de sobrevida, se interpretara como “una apertura a la posibilidad jurídica del aborto”

En la región, dos referentes vinculados estrechamente con cuestiones de salud reproductiva, la diputada Marta Milesi y el médico ginecólogo Mario Mas, expresaron su acuerdo con el máximo tribunal.

Graciela Giannettasio, presidenta de la Comisión de la Minoridad y la Familia, dijo ayer que comparte la decisión de la Suprema Corte de Justicia de fallar a favor de la inducción del parto en una mujer con un bebé que tiene irreversibles malformaciones.

Y agregó que “otra hubiera sido, seguramente y éste es el gran dilema, la posición de la Corte si en vez de inducir el parto se tenía que interrumpir el embarazo”.

Las autoridades del hospital Materno Infantil Ramón Sardá fueron notificadas ayer oficialmente sobre la inédita autorización de la Corte Suprema de Justicia para inducir anticipada- mente el parto a la madre del feto que padece anencefalia, por lo que ya pueden practicar la intervención.

En el fallo, la Corte Suprema de Justicia marcó la diferencia entre el aborto y la eutanasia y la inducción de un parto, al autorizar el alumbramiento adelantado de un feto sin posibilidades de sobrevivir en cuanto sea separado del vientre materno.

Perla Prigoshin, la abogada de Silvia T., la mujer embarazada a la que la Corte Suprema de Justicia de la Nación autorizó a que se le induzca prematuramente el parto, destacó ayer que el fallo demuestra que “ahora la Justicia también atiende las necesidades de la gente”.

En declaraciones a la emisora regional LU19 la letrada sostuvo que “esto puede ser un éxito judicial, un fallo de la justicia sin precedentes, puede servirle a la demás mujeres, pero para esta madre es muy duro”, dijo.

“Una situación es despedirse de un ser querido muerto, y otra es despedirse día a día de alguien que sabe que va a morir pero que con sus movimientos está anunciándole a la madre que está ahí, todavía. Ahora empieza otro proceso de despedida”, señaló

Volviendo a la situación de la mujer embarazada, el juez en lo contencioso administrativo y tributario porteño, Roberto Gallardo, informó que “cuando el hospital confirme que no hay inconvenientes, queda automáticamente autorizado para realizar la operación, lo que no significa que se realizará dentro de 24 horas”, explicó el magistrado. (Télam, DyN, AR)

No a una “lectura superficial”

En una brevísima declaración a raíz del histórico fallo del alto tribunal que autorizó la inducción del parto en el caso de una embarazada de 7 meses porque su hijo nacerá descerebrado, la Iglesia destacó que la misma sentencia “explicita que no se trata de un aborto”.

El comunicado, firmado por el presbítero Guillermo Marcó, fue difundido, según se informó, para responder a las numerosas inquietudes formuladas al Arzobispado en el marco de esta delicada cuestión.

El texto completo emitido por la oficina de prensa de la entidad eclesiástica, firmado por el presbítero Guillermo Marcó, y que advierte sobre las consecuencias de una “lectura superficial o descuidada” del fallo, es el siguiente: “Frente a las numerosas consultas hechas a este Arzobispado acerca del fallo de la Corte Suprema de la acción sobre permitir la inducción del parto de un feto maduro para sobrevivir, esta oficina de prensa puntualiza:

“1) El ser humano, desde el instante de su concepción hasta su muerte natural, ‘es persona’ y, por tanto, ‘sujeto de derechos’, entre ellos el derecho a la vida.

2) Dado que el mismo fallo explicita que no se trata de un aborto, sería de lamentar que una lectura superficial o descuidada lo interpretara como una apertura a la posibilidad jurídica del aborto eugenésico, que es un homicidio. Recordando, además, que el derecho a la vida desde la concepción está salvaguardado en la Constitución Nacional”.

En el mismo sentido que el Arzobispado, se pronunció el presbítero Claudio Sanahuja, especialista en bioética de la Iglesia católica: (el fallo) “Coincide con la moral cristiana”,dijo.

Diputada y médico respaldaron el pedido de la madre

Una diputada nacional, la cipoleña Marta Milesi y el médico reginense Mario Mas, dos referentes regionales, cada uno en su especialidad, en el tema de la salud reproductiva opinaron en relación al fallo de la Corte Suprema.

Marta Milesi apoyó la sentencia que aprobó el parto inducido a la mujer que está gestando un bebé descerebrado, entre otras cosas porque protege física y psíquicamente a la mamá evitándole sufrimientos y riesgos, y se ajusta a criterios científicos, no moralistas, dijo.

El médico reginense Mario Mas, uno de los impulsores de la ligadura de trompas en Río Negro, manifestó su “total acuerdo” con el fallo de la Corte.

“Como padre coincido totalmente con esta decisión ya que es muy difícil para una mujer sobrellevar un embarazo en esas condiciones”, indicó Mas.

Para la legisladora Milesi “aquí lo que se ha favorecido es la inducción. El bebé no muere por eso sino por su malformación congénita que le impide el desarrollo de la masa encefálica”.

Milesi desestimó cualquier conjetura que apunte a la inducción del aborto. “Aquí no se hace un aborto sino que se induce un nacimiento. La mujer decide sobre su propio cuerpo. Y se ve cómo no van de la mano el adelanto de la ciencia con la concepción filosófica y cultural que mucha gente tiene sobre la vida y sobre la muerte”.

“Hay que tener mucho cuidado con las miradas moralistas y las respuestas moralistas en estos temas”, apuntó Milesi, quien con su proyecto de ligadura de trompas tuvo enfrentamientos con sectores ortodoxos de la iglesia pero, aparte, ganó una mención de “Clarín” como una de las 54 mujeres destacadas del año 2000 por su tarea legislativa.

Por otro lado, el ginecólogo reconoció que “como médico sugeriría la toma de esta determinación, con las debidas explicaciones acerca de los peligros que se corren”. Sin embargo, aclaró que se trata de una decisión “muy personal” ya que cada persona tiene derecho a actuar sobre su propio cuerpo.

“Desde afuera es muy fácil opinar pero la cuestión pasa por estar en esa situación. Aparte de la mujer es importante también la palabra del padre porque es una cuestión de pareja”, destacó Mas.

Para Milesi, la diferencia entre la inducción y la continuidad de la gestación está en “quitarle dos meses de sufrimiento, desde lo psicológico, a la mamá y al papá. Además, cuando hay un anencéfalo, puede haber trastornos, por lo que también se estaría evitando algún riesgo de vida en la madre”.

“Desde la Organización Mundial de la Salud se pregona el criterio de equilibrio entre lo físico y lo psíquico. Y la incidencia psicológica en estos embarazos, donde la mamá sabe que la criatura va a morir, es muy fuerte. Esto debe haber prevalecido también en el fallo de la Corte Suprema”, fue otra de las reflexiones de la legisladora nacional cipoleña. (AC, AR)


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