La imagen, a pesar de todo

Susana Freydoz optó nuevamente ayer por retirarse de la sala de audiencias. Pocos minutos después de ingresar al auditorio de la Ciudad Judicial, el presidente del tribunal, Carlos Gauna Kroeger, le preguntó si su deseo era el mismo que en las jornadas anteriores. Ella asintió con la cabeza y el magistrado la autorizó a dirigirse hacia la habitación que se encuentra pegada al espacio donde se desarrolla el debate. De esta manera, no tuvo contacto con su hijo Germán ni con su nuera Victoria, citados ayer como testigos. Precisamente la frecuencia con la que visita Argañaraz a Freydoz fue un tema que interesó a la fiscal de Cámara, Laura Pérez. La joven contestó que los contactos fueron escasos desde que su suegra está internada en Cipolletti. También precisó que en esas visitas nunca se habló sobre Carlos Soria, como tampoco de la trágica noche de Año Nuevo en Paso Córdoba. Otro detalle singular se conoció cuando Argañaraz dijo que su suegra seguía muy pendiente de su imagen –como fue siempre desde que la conoció, hace 14 años– y que esa conducta no cayó para nada bien en sus hijos. La nuera reconoció que en encuentros de los hermanos se cuestionó que su madre convocara a una peluquera para teñirse el pelo, en medio de todo lo que ellos estaban viviendo. También dijo que Freydoz, antes del hecho, “vivía a dieta” y que poco tiempo atrás supo que “estaba mal porque subió de peso” en el hospital.

César Izza


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