La indiscutida capital patagónica del fútbol amateur
El “deporte rey” ha calado hondo en Cipolletti y, en algo más de 20 años, un verdadero ejército de jugadores por vocación da vida a tres torneos que agrupan a 437 equipos de toda la región.
En un momento de la historia, en General Roca se dieron cuenta que la discusión se había terminado, y eligieron por el automovilismo. Desde ese día quedó más que claro que la ciudad del fútbol era Cipolletti”.
Lalo Brodi, voz eternizada de grandes campañas albinegras, esboza una sonrisa. Sabe que lo que acaba de decir tiene mucho de sentencia y de polémica. También de verdad. La prueba fehaciente se apoya en La Visera de la calle O’Higgins, pero también en la importancia que tiene para la localidad el deporte rey en todas sus dimensiones.
Hay un dato elocuente: los sábados en Cipolletti son de mujeres solitarias. Miles de hogares sin hombres, todos ellos en la cancha, despuntando algo más que un vicio. La frase no es exagerada al recordar que sólo tres torneos de fútbol amateur nuclean 437 equipos. Algo así como unos 7.000 jugadores, cantidad equivalente el 13% de los electores que sufragaron en las últimas elecciones cipoleñas. Una Visera casi repleta de almas pateando el balón, volviendo a la niñez, soñando con ser lo que no lograron.
“El fútbol es demasiado negocio para ser sólo deporte pero demasiado deporte para ser sólo negocio”, repite el destacado periodista Ezequiel Fernández Moores. Y si bien se refiere a las altas esferas, donde se cocinan las decisiones que en general sufren clubes e hinchas sin distinción, estos torneos amateur no sólo son rentables para aquellos que los pergeñaron.
En Cipolletti, los comercios deportivos disfrutan de esas competencias, los preparadores físicos suman alumnos y turnos de grupos de entrenamientos y los propietarios de los predios obtienen buenos dividendos todos los sábados.
Es más, hasta el gremio de los árbitros zonales prefiere pitar allí antes que en las ligas, y los vendedores ambulantes recorren las canchas voceando sin cesar.
“300 for Ever”
Osvaldo Muñoz fue el precursor de estas competencias. Siendo empleado de Telefónica, hace más de dos décadas comenzó con cuatro equipos en el predio del hielo, en el acceso a Fernández Oro. Los amantes de la redonda “picaron” rápido. Las canchas tenían aspecto de billar y la competencia se fue retroalimentando. Con el correr de los años, el bautizado torneo “300 For Ever” llegó a preocupar a las ligas federadas porque los jugadores lo elegían antes de actuar en canchas liguistas en general en muy mal estado.
Claro, creció tanto que por momentos se hizo difícil de manejar. Las quejas internas se multiplicaban y había un sector de la “población” del “300 For Ever” con necesidades insatisfechas: aquellos que pasaban las tres décadas de vida.
El “Don Pedro”
Ese fue el gran acierto de Marcelo Pichipil: escuchar esas demandas y armar una competencia que los nuclee. Con equipos de Cipolletti, Neuquén, Fernández Oro, Allen, Plottier, Centenario y hasta Rincón de los Sauces. “Don Pedro” es hoy el torneo de mayor envergadura del sur argentino y cuesta pensar en que exista uno más grande sabiendo que juegan todos los sábados 290 equipos.
Negocio y espacio parece haber para todo.
El “Torneo de Gallegos” cuenta con otros 66 grupos de amigos, y entre sábados y domingos también se disputan puntos y orgullo en los predios de Municipales y Camioneros, en la isla Jordán.
“Nuestro torneo arrancó con seis equipos en 1998, y ahora tenemos casi 300 en 9 predios de Cipolletti, Fernández Oro y Neuquén. Se trata de una empresa familiar que hizo las cosas paso a paso, y logró el salto en 2004”.
Diego Pichipil, uno de los hijos del creador de Don Pedro torneo, tenía apenas 12 años cuando saltó al ruedo una competencia de la que se habla durante toda la semana.
“Creemos que fue en base al orden que logramos ubicar al evento. Estábamos aprendiendo del oficio y pudimos ordenarlo de manera tal que hoy hay miles de personas que juegan todos los sábados”. Confiesa que se “generó un monstruo” comercial y deportivo que no esperaban y que hicieron “del orden” la clave del éxito de la competencia.
¿Ganan tanto dinero como se dice? Lo contesta Pichipil: “Más allá de las especulaciones que rondan sobre este tipo de evento y las recaudaciones, los números que saca la gente no son reales. Apostamos a las oportunidades que tiene este tipo de eventos. Genera mucho impacto en la economía de la ciudad, y eso es muy importante para nosotros. Además, el torneo genera oportunidades deportivas y de salud para gente adulta. Y eso no es menor”.
Cipolletti TV
Datos
- “Siempre nos manejamos con orden y control para que esto no se descontrole. En las categorías + 30, + 34 y +40 no hay vacantes”.
- “Este torneo atrae jugadores que han sido profesionales. Eso creo que también le da una cotización mayor”.
- Diego Pichipil,
- organizador de uno de los torneos.
- Comercios deportivos, preparadores físicos, dueños de canchas, árbitros y hasta vendedores ambulantes se benefician con el fenómeno cipoleño.
- “300 for Ever”, “Don Pedro” y “Torneo de Gallegos” reparten entre sábado y domingo alrededor de 7.000 jugadores en distintos predios del Alto Valle.
En un momento de la historia, en General Roca se dieron cuenta que la discusión se había terminado, y eligieron por el automovilismo. Desde ese día quedó más que claro que la ciudad del fútbol era Cipolletti”.
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