La inseguridad cambió costumbres

Desde se siempre se supo que el camionero es una persona solidaria. Hasta hace algunos años, tener un desperfecto mecánico podía dejar de ser problema si era una ruta transitada por camiones.

Pero los tiempos cambiaron, y desde no hace mucho, esa mano solidaria que tendieron varios choferes, terminaron -en el mejor de los casos- en un asalto.

Lo mismo ocurre con quienes «hacen dedo», quienes se resignan a ver pasar los camiones sin que paren o a una negativa de un chofer que está en una estación de servicio a punto de salir a la ruta.

Es que la inseguridad los obligó a cambiar algunas costumbres. «No es que el camionero ahora sea un tipo jodido… pero pasan cada casos que unos ya no se arriesga», coinciden varios en decir.

Víctor Gonella hace 28 años que es camionero, una profesión y una pasión que fue heredada. «Mi viejo y mi hermano fueron camioneros. Después me tocó a mí».

Víctor es soltero pero asegura que no levanta a nadie. «Un conocido levantó un día a una mujer joven, muy bonita. En un momento, la chica le dijo si quería que le cebara unos mates. Al parecer le metió algo en el agua, porque se despertó como a los dos días y no tenía ni noticias del camión… por supuesto que a la chica no la vio nunca más».

El misionero Hugo Fontana dice que tampoco levanta a nadie. «Tiene que ser alguien conocido, sino no. Una vez pasó que un camionero paró a levantar a alguien. Antes de subir al camión, el tipo sacó un arma. En eso, pasaba un compañero del camionero que pensó que le había pasado algo y paró. La cuestión es que de repente aparecieron varios tipos, y en vez de robar un camión, se llevaron dos», contó.

Gustavo es de Cipolletti y viaja al puerto de San Antonio con fruta. Recordó que «hace unos años, un conocido levantó a un mochilero. Tuvieron un accidente en la entrada de la calle San Juan de Roca. El camión cayó a un desagüe y el mochilero se ahogó. La familia del muchacho no entendió que fue una fatalidad y que el camionero lo había querido ayudar. Todo terminó en un juicio y el camionero tuvo que vender hasta la casa».

Pero además de la desconfianza hay otros dos temas: las empresas sólo tienen asegurados a los choferes, y si llega a pasar un accidente y el camión lleva a un desconocido, el seguro no los cubre.

El segundo es algo «íntimo», como dicen ellos. El «camionero de ley» mantiene las cabinas de los camiones con una limpieza y un orden que raya lo exagerado. Aunque la verdad, siempre da gusto ver una cabina de un camión con los accesorios y niquelados (ver aparte).

Nota asociada: Los camioneros sufren la falta de paradores con baños y sombra en el Alto Valle

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