La investigación de «Río Negro»

Estos son los principales datos e interrogantes que planteó la investigación titulada «La increíble historia de Alpat», publicada el 31 de marzo, 1 y 2 de abril.

• Este proyecto le ha costado o le va a costar al país entre avales, aportes, préstamos y diferimientos una cifra cercana a los 500 millones de dólares.

• El capital de Alpat, según el último balance, ascendía a 53 millones de pesos. Sólo 538.042 son genuinos. Los demás, artilugios contables.

• Insólitamente, desde 1981 la empresa fue bajando sus requerimientos de capital.

• Las fuentes de recursos que abastecieron a Alpat por décadas fueron: 1) un fondo especial por una ley de 1969 que gravó la exportación de carbonato de sodio, con un impuesto destinado a Alpat. 2) Exenciones impositivas. Al parecer, el procedimiento fue ligar la adjudicación de los contratos de obras con aportes provenientes de impuestos diferidos por las mismas empresas contratistas.

3) Créditos. Los recibió del Banade por 28,7 millones y 6,7 millones de marcos alemanes (4 millones de dólares). Luego Alpat logró con avales del Estado endeudarse con el Dressdner Bank en más de 90 millones. Los avales se renovaron hasta llegar a 160 millones.

• Sólo en préstamos bancarios hay 320 millones de dólares de deuda, una cifra alucinante teniendo en cuenta que supera el valor de la inversión y equivale a casi todo el presupuesto previsto.

• Por intereses, la firma tendrá que pagar más de 36 millones al año, más que la facturación bruta total de un año.

• El endeudamiento creció rápidamente, los préstamos del exterior llegaron fácilmente con el Estado como avalista, hasta que los vencimientos impagos comenzaron a caer sobre el fisco.

• Si sumamos los diferimientos y aportes del Estado y otras deudas y lo comparamos con la inversión -207 millones- hay una enorme diferencia que no tiene explicación.

•¿Qué banco hoy puede prestar por la «llave» de Alpat 200 millones de dólares?. Al unísono todos los consultados contestarían: «Ninguno». Sin embargo, ese crédito fue otorgado por algún banco.

• La exclusión de los «Bienes Intangibles» provoca una significativa caída del patrimonio neto, que de los 53 millones positivos pasa a ser negativo en más de 145 millones de dólares. Es decir que para poder vender esta empresa en cero peso (regalarla), antes hay que capitalizarla con 145 millones de dólares.

• Estas cifras muestran que el 100% de la facturación bruta ni siquiera cubre el pago de intereses que adeuda la empresa.

• Uno de los accionistas de Alpat es una empresa fantasma, Bergo Ansalt, que demandó a Río Negro por un préstamo que le hizo a Massaccesi para pagar sueldos y que éste no devolvió. Para evitar un perjuicio mayor, el actual gobierno radical pactó una compensación de deudas, comprometiéndose a realizar obras complementarias para Alpat. Esto demuestra que Bergo forma parte de la trama de empresas que maneja Dagnino.

• Entre los accionistas aparece un nombre enigmático, Marcel Degraye. Puede ser una pantalla ideada por Dagnino para crear la sensación de que hay un fuerte accionista del exterior.

• Alpat anunció infinidad de veces la conclusión de la obra. El último anuncio fue para octubre de 2000.

• La inviabilidad el proyecto queda demostrada analizando: el sistema tecnológico utilizado (ya superados) y equipos con muchos años de antigüedad; costos de producción (subestimados por Alpat ante entidades bancarias para simular un resultado positivo); cálculo de personal demandado también subestimado; el riesgo de contaminación por los desechos y los enormes costos financieros por las deudas contraídas, entre otras variables.

• La cuestión de los desechos de soda solvay vulnera reglamentaciones vigentes y constituye una grave amenaza para el medio ambiente (aves migratorias), así como para el recurso pesquero (19 especies de peces) y turístico de la región (en las cercanías se expande Las Grutas). Hay críticos informes técnicos al respecto.

• Son muchas las obras que faltan aún para mover la mole. Agua, gas, electricidad, vías férreas, asfalto y terminación del puerto. ¿Quién se hará cargo de hacerlas? Todo indica que los rionegrinos terminarán pagando estas obras de su bolsillo.

• Osvaldo Dagnino mantiene un bajo perfil. No hay casi ningún vestigio del empresario ni de su empresa dentro del sistema financiero, pese a la enorme deuda que mantiene.


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