La Justicia tiene los detalles de la maniobra

VIEDMA (AV y Redacción Central)- El directivo de Edificom que declaró el viernes en forma espontánea ante la Justicia, ratificó allí la falsedad de los contratos firmados con Tecno Acción, y explicó a la fiscal Daniela Zágari y al juez Jorge Bustamante que se confeccionaron para «justificar» facturas y los cobros de cheques que conformaron retornos para funcionarios rionegrinos, dijo a «Río Negro».

El apoderado de Edificom, Roberto Vasconcello, dijo que los contratos, presentados independientemente por Tecno Acción y por Carlos Ferrari a la Justicia, fueron armados después de la investigación de «Río Negro» sobre coimas en relación con el juego en la provincia. El convenio de Edificom con Ferrari tiene fecha 10 de diciembre de 1998 y el acuerdo con Tecno Acción se registró como firmado el 31 de marzo de 1999. Dijo Vasconcello que ambos se formalizaron el 19 de abril en el estudio jurídico Santillán & Ibañez, cuidando «los detalles porque se redactaron con máquinas diferentes».

El contrato de contenido ficticio entre Tecno Acción SA y la constructora quebrada Edificom fue firmado por César Luis Ramírez Rojas, el presidente de la empresa de tecnología, que tiene sede en Bariloche y en Buenos Aires y clientes también en otros países de América.

El apoderado de Edificom responsabilizó del armado de los contratos a las autoridades de Tecno Acción -el presidente, el mexicano Luis Ramírez Rojas y el gerente Miguel Di Capua-. Vasconcello admitió que había aceptado firmarlos pero sólo destinados a «la eventualidad de las citaciones judiciales», con lo cual, Tecno Acción tendría un instrumento para justificar las facturas. «Pero no cumplieron. Tecno Acción entregó el contrato a la Justicia y presentó a Edificom como culpable», dijo.

En su presentación judicial, Tecno Acción consignó -por primera vez- el nombre de Edificom, señalando a esa constructora quebrada como la receptora de sus cheques y propuso que se convocara a esa empresa a explicar la relación con Ferrari, pues ya se sabía que este empresario había cobrado esos valores.

Tecno Acción es la «socia» virtual de la empresa estatal Altec S.A. y, por lo tanto, de la provincia de Río Negro. En un principio surgió como una firma mixta, de propiedad de Altec y de capitales privados, pero sucesivas capitalizaciones fueron dejando al Estado en minoría, hasta que definió vender su participación accionaria. Pero los negocios en conjunto no cesaron sino que, por el contrario, ingresaron a una zona de confusión contractual y a un ámbito en que la firma privada se beneficia por sus «relaciones carnales» con una estatal.

Es que Altec, por ser del Estado, accede sin licitación a todos los contratos para abastecer de equipos y programas informáticos a cualquier repartición pública de la provincia o de los municipios. Una vez obtenido el negocio, ésta lo subcontrata a Tecno Acción.

Gran parte de la actividad que Tecno Acción presta a Altec y, por ende, al Estado rionegrino es la administración del sistema de apuestas de quiniela y la provisión de las «maquinitas» de juego automático, además del sistema con que se operan las apuestas de las carreras de caballos, lo que explica que las sedes administrativas de Lotería y de Tecno Acción aparezcan compartidas en Bariloche y en otras ciudades. Tecno Acción produce también sistemas electrónicos de estacionamiento medido, y sistemas de seguimiento satelital, entre otros

Una empresa con clientes en varias provincias

En el 2001, la empresa Tecno Acción facturó 15,5 millones de dólares, y obtuvo una utilidad neta de 923.000 dólares, según sus propios balances. Además de negocios con Altec, otros de sus clientes son las loterías provinciales de Neuquén, Corrientes, Salta, Catamarca y Santa Cruz.

El 87,39% de las acciones de Tecno Acción está en manos de la firma Corporación Capital Markets Argentina SAIyF, con domicilio en Esmeralda 130 piso 21 de Buenos Aires, donde la empresa que opera en Río Negro tiene sus oficinas, en el piso 9.

César Luis Ramírez Rojas es su presidente, su vicepresidente es Fernando Traverso, figura como director titular Alberto Manuel Díaz y como suplente Graciela Cairoli de Ramírez Rojas. Ramírez Rojas es mexicano y su esposa, Graciela Cairoli de Ramírez Rojas, es directiva de varias de las firmas del grupo fundado por su padre, Ricardo Cairoli, quien fue director del Banco Central de la República Argentina, y ejecutivo de los bancos Financiero Argentino y de Crédito Argentino.

Capital Markets tuvo participación en la primera etapa de la tramitación del controvertido bono Cedepre, ya que según el propio Pablo Cairoli declaró ante la Justicia rionegrina, esa entidad financiera otorgó, a principios de 1997, un crédito de 600.000 pesos que el ex secretario General de la Gobernación, Jorge Acebedo, pidió para pagar la inscripción del bono en el mercado de valores. A cambio de ese dinero, Acebedo entregó 1.200.000 pesos en bonos Cedern que fueron cotizados al 50% de su valor. Cairoli detalló que 588.000 pesos fueron transferidos a pedido de Acebedo al banco Almafuerte, y los restantes 12.000 pesos pagados por ventanilla al ex funcionario fallecido.

Alberto Manuel Díaz se desempeñó como director titular de Tecno Acción y simultáneamente era presentado como presidente de Altec, pero en esa firma nadie asegura conocerlo.

El gerente Comercial de Tecno Acción, Miguel Di Capua, participó en forma activa de las negociaciones para elaborar los contratos de contenido ficticio firmados para intentar ocultar el pago de coimas que durante años derivó Tecno Acción a bolsillos de funcionarios rionegrinos, usando facturas de la constructora quebrada Edificom y cheques que en su mayoría cobró Carlos «Cacho» Ferrari, quien entregaba luego el dinero a los funcionarios, de lo cual el empresario del juego se jactó.

No obstante, en abril Di Capua dijo desconocer cualquier pago a Varsa-Inter World e ignorar también toda cuestión vinculada con coimas, cuando fue entrevistado por «Río Negro» en Neuquén. Derivó la consulta hacia el vicepresidente Traverso, quien primero descartó la existencia de cheques que cobrara Ferrari y luego indicó que no podía dar fe de ello.