La «movida» política del verano se instaló en el lago Mari Menuco 

La villa de fin de semana se convirtió en un polo de poder y riqueza donde se dan cita políticos y empresarios exitosos. Los socios que hace 26 años fundaron el club de caza y pesca no se imaginaron que el sitio robado al desierto se convertiría en algo cada vez más exclusivo.

NEUQUEN (AN) – El viejo sueño de convertir un pedazo de desierto en una apacible villa de fin de semana a orillas del embalse Mari Menuco le está dando paso al nacimiento de un polo de poder y riqueza concentrado en pocas hectáreas. Políticos, empresarios y hasta un sindicalista encontraron en este club de pesca y náutica una combinación casi perfecta entre el descanso necesario y el trabajo impostergable.

El puñado de socios que en 1976 fundaron el Club de Caza, Pesca y Náutica Mari Menuco no se imaginaron que casi 26 años después el objeto de sus sueños se convertiría en una villa cada vez más exclusiva de lujosos chalets, camionetas cuatro por cuatro y lanchas costosísimas, donde los «fourtrax» y las motos de agua brotan como hongos.

No estaba en el ánimo de sus pioneros -ni tampoco lo está ahora en el de sus autoridades- pero muchas de sus 500 casas suelen ser lugares de reunión -y de decisiones- de los más encumbrados políticos y empresarios de Neuquén.

Por caso, dos de los tres gobernadores constitucionales que tuvo la provincia desde 1963 levantaron en Mari Menuco sus casas de fin de semana. Los dos llegaron a la villa hace muchos años. El actual mandatario, Jorge Sobisch, era un habitante asiduo durante sábados y domingos pero desde que regresó al poder sus visitas son menos frecuentes. Pero es cuestión de tiempo porque seguramente el verano que viene ya no habrá tantas giras y el gobernador podrá volver a disfrutar el confortable chalet que da a la playa, que ahora es solaz casi exclusivo de sus hijos.

Algo parecido le pasa a Pedro Salvatori: a partir de que fue elegido diputado nacional sus visitas a Mari Menuco escasearon hasta ser casi nulas. Le resulta complicado atender sus funciones políticas y las chacras que posee en el Chañar.

Cuando eran enemigos internos y se acusaban y reprochaban públicamente, a principios de la década del 90, Sobisch y Salvatori compartieron la villa civilizadamente y es probable que sus esposas y hasta ellos mismos se hayan cruzado alguna vez en la confitería del club, en la proveeduría y hasta en la playa.

Los vecinos del actual gobernador aún recuerdan los domingos de elecciones entre 1991 y 1995, cuando Sobisch solía preparar sus famosos asados al piolín, disfrutaba del almuerzo con parte de su gabinete y una traffic los llevaba de regreso a Neuquén para esperar el resultado de los comicios.

Aunque con los habitantes de la villa podría formarse un seleccionado de gente con mucho poder y dinero, la comisión directiva del club -que mantiene el mismo espíritu pionero de los fundadores- prefiere tratarlos a todos por igual. Para ellos, son simplemente socios, igual que cualquier otro.

Además de Sobisch y Salvatori, tienen casa en Mari Menuco el hijo de este último, Nicolás, que es director de Personas Jurídicas de la provincia.

El ministro de Hacienda y Obras Públicas, Alfredo Pujante, también sucumbió a la tentación de tener su propio Paraíso de fin de semana en la villa y montó su casa a muy pocos metros de la de Sobisch.

Hace unos años, cuando era presidente del Banco Provincia de Neuquén, Omar Negretti, tomó la determinación de comprar un chalet y hacerle las mejoras necesarias para transformarlo en el recreo de los sábados y domingos. Allí recibe a sus amigos, como hizo la semana pasada con el ex secretario de Producción Mirco Suste.

La tentación es grande. Por eso, el ex intendente de Cutral Co y empresario del rubro de los combustibles Adolfo Grittini está construyendo su propio refugio en Mari Menuco, a pesar de que ya tiene una casa en Los Barreales, el otro lago que forma el embalse del sistema Cerros Colorados.

También compró su casa en Mari Menuco Guillermo Pereyra, que en los últimos 15 años sólo se dedicó a ser secretario general del gremio de los trabajadores petroleros y a ejercer durante un período una diputación provincial por el MPN.

Todos ellos tuvieron la suerte de conseguir un lote o un chalet ya construido en la primera o segunda fila de la villa, que son las que más cerca están de la playa.

Luis Carbajo, que el 10 de diciembre pasado asumió como diputado provincial del MPN, está más alejado, pero en la cuarta fila también se puede descansar aunque para llegar hasta la playa haya que caminar más.

Miles de habitantes

Cada fin de semana pasan por Mari Menuco hasta 6.000 personas. Una población de tal tamaño, aunque eventual, le daría a cualquier villorrio estatus de ciudad. De hecho, El Chocón lo es con menos habitantes.

Al club se lo disputan los municipios de Centenario y de San Patricio del Chañar, pero como la villa funciona como un sitio independiente y autosuficiente, no hay forma de que una comuna ejerza controles. Las casas tienen todos los servicios: electricidad, agua corriente, gas envasado, televisión por cable y satelital, y ahora hasta teléfono, provisto por la cooperativa de Centenario. La energía se las provee la empresa estatal EPEN, pero no se sabe por cuánto tiempo más porque el socio Sobisch se quiere deshacer de la distribución de electricidad y Mari Menuco no estaría afuera de ese esquema. El consumo, por tratarse de viviendas de un uso estacional, no es muy grande y cada usuario paga su factura, igual que el que vive en Centenario. Como a todos, al que no paga le cortan el servicio. Aunque está enclavado en una de las zonas de mayor producción gasífera del país, Loma de la Lata, el combustible para cocinar y calefaccionar las casas no llega a la villa por ducto. Hace un par de años, había que ingeniárselas para reemplazar los cilindros de gas, pero ahora la mayoría tiene zepelines o garrafones que una empresa se encarga de llenar periódicamente.

El agua de red se usa para regar y las autoridades del club se encargan de advertir que no es potable. De todos modos, a nadie le ha pasado nada todavía por haber tomado el líquido que sale de las canillas, que proviene de una fuente aún pura: el propio lago Mari Menuco.

Un destacamento policial y otro de la Prefectura Naval cuidan la seguridad en tierra y agua, pero aun así existen serios problemas que la comisión directiva está dispuesta a encarar con firmeza.

Los servicios del club se completan con un puesto sanitario que suele ser sumamente efectivo para los problemas de salud más domésticos.

Es llamativo, pero a pesar de la multitud que se reúne en la villa todos los fines de semana y, en verano, casi todo el tiempo, no existen problemas serios de convivencia. Los lotes son chicos para el modelo de los «countries» del Gran Buenos Aires -tienen 10 metros de frente por 30 de fondo- y esta característica hace que los vecinos estén muy cerca.

Lo que atrae de Mari Menuco es el ambiente familiar, la belleza de sus árboles, de sus jardines. Pero para muchos también es una enorme vidriera donde suele exhibirse la prosperidad o la desgracia de cada uno.

Sobisch, un socio más

NEUQUEN (AN) – «Es un socio más». Así respondió el presidente del club, Germán Tosatto, cuando este diario le mencionó el nombre de Jorge Sobisch. Al gobernador, contó su hijo, le costó mucho comenzar a construir el chalet en épocas en que era intendente de Neuquén y mucho más terminarlo cuando volvió a la imprenta.

Recién pudo hacerlo en la década del 90, siendo ya gobernador. No es tanto la casa lo que impacta de la propiedad del gobernador, sino el enorme jardín de un césped siempre verde a fuerza de esmerados cuidados.

Sobisch tuvo la suerte de que un familiar suyo comprara el terreno de al lado y decidiera no construir nada todavía porque de esa manera se aseguró un jardín extra.

Como suele ocurrir en las casas de los políticos, la casa del gobernador tiene un enorme salón con amplios ventanales, donde pueden realizarse grandes reuniones. Una galería desde donde la puesta de sol se ve imponente suele ser el refugio del mandatario.

Pero la debilidad de Sobisch son los asados al piolín. A lado de la parrilla, tiene un espacio donde colgar el costillar y, con mucha paciencia, esperar que el leve calor de la leña prendida a un costado haga el resto.

En 1987, cuando perdió la primera interna del MPN y volvió a encargarse de su imprenta, su esposa, Liliana Planas, quiso convencerlo de vender el lote en Mari Menuco, donde apenas había comenzado a levantarse el chalet. Fueron tiempos duros para la familia, siempre recuerda Sobisch, pero aun así no se deshizo del terreno y, años después, la casa quedó tal como él quería.

Menores en «fourtrax»

NEUQUEN (AN) – La prueba de que los poderosos se instalaron en Mari Menuco está en que ni siquiera la policía puede lograr que los chicos -algunos demasiado chicos- dejen de manejar motitos, «fourtrax» y hasta autos por la villa. «¿Sabe quién soy yo?», es una respuesta frecuente de los padres irresponsables de estos menores.

Hasta ahora no hubo accidentes de magnitud pero este verano ya es notorio cómo los menores de edad recorren las calles de tierra de la villa, algunas veces a alta velocidad, en estos vehículos.

De nada sirvieron hasta ahora los esfuerzos de la comisión directiva del club porque pareciera que nadie hiciera caso de las advertencias. Como la campaña de persuasión no dio resultados, «vamos a empezar a actuar», dijeron Germán Tosatto y Judith Villalba, presidente y tesorera de Mari Menuco. La idea es que los fines de semana la policía de tránsito de la provincia intervenga en el club, primero como persuasión y más tarde para multar e impedir el ingreso de estos vehículos a la villa.

Este es un problema serio para las autoridades, que ya habían logrado eliminar o reducir otros índices relacionados con la seguridad.

Como nadie puede ingresar a la villa sin una entrada que sólo se les vende a los socios (cuesta 15 pesos el talón de diez) , el club se aseguró la responsabilidad de cada dueño de casa sobre sus invitados.

Años atrás, cuando cualquiera podía pagar una entrada, llegó a haber incendios de lanchas y hasta uno incipiente en una cabaña. La comisión directiva tomó además algunas determinaciones que dieron excelentes resultados, como impedir la venta de alcohol para fiestas especiales, como la de la primavera.

Todas las noches, dos integrantes de un cuerpo privado de seguridad recorren las calles en bicicleta. Los robos, que los hay, sólo se producen en días de semana y en viviendas sin gente.

Cuando la casa está habitada, se puede dormir con el auto abierto y las llaves puestas con toda tranquilidad. Esta es una de las ventajas que le ven muchos a la villa.

Un pueblo chico con sus propios ricos y famosos

NEUQUEN (AN) – Eduardo Ferracioli, uno de los dueños del emporio neuquino de la indumentaria deportiva y los artículos de cámping, acaba de comprar una de las casas más antiguas de la villa. El mismo reconoció el precio: pagó 100.000 pesos por dos terrenos con una sola vivienda.

Cada vez cuestan más las casas en Mari Menuco, aunque la propiedad no sea de quienes pagan tamaña cantidad de dinero sino del club, del que todos forman parte. Son 70 hectáreas escrituradas como una unidad, a las que pronto se sumarán otras 230, hacia la ruta.

La villa tenía un permiso para ocupar los terrenos, pero cuando las centrales hidroeléctricas de Hidronor se privatizaron y la Nación consolidó su deuda con la provincia, el Estado neuquino, bajo la administración de Jorge Sobisch, se las vendió al club por el mismo valor que Ferracioli acaba de pagar su casa de fin de semana. «El costo de tener una casa acá no es alto», le dijo a «Río Negro» el ex diputado provincial del MPN Rodolfo Braicovich, que se hizo famoso por la adulteración de su partida de nacimiento y su documento de identidad.

El club cobra una cuota fija de 50 pesos por mes y con ese dinero recolecta la basura -que, por un convenio, se lleva el municipio de El Chañar-, brinda alumbrado público, provee de agua, mantiene la seguridad y realiza obras; algunas de envergadura, como un embarcadero de lanchas protegido del viento. Hay otros costos fijos, como el jardinero, que oscila entre los 50 y los 100 pesos por mes.

Teresita Savrón, la mujer de Centenario que reemplazará a Adrián Fernández en el bloque de diputados nacionales del MPN, también tiene su casa en la villa y está sumamente preocupada por el impacto ambiental del crecimiento del club.

Las autoridades niegan que haya contaminación, pero Savrón utiliza el sentido común para sospechar que los líquidos de los pozos ciegos deben dar indefectiblemente al cristalino cauce del lago.

A Guillermo Pereyra le encanta manejar su moto de agua en el lago Mari Menuco, donde tiene un chalet. Este diario lo ha fotografiado en esos felices momentos al corpulento sindicalista de los petroleros, que es además subsecretario de Trabajo y ocupó una banca en la Legislatura por el MPN.

Lo primero que hizo el ex presidente del banco estatal neuquino Omar Negretti cuando compró su casa en el club, fue levantar un enorme quincho.

Nicolás Salvatori, hijo del ex gobernador y actual director de Personas Jurídicas de la provincia, construyó su propia casa, pero como sus suegros, la familia Del Campo, también tiene una pegada a la de su padre, muchas veces opta por pasarla en familia. «Vengo a Mari Menuco hace 20 años, cuando no había nada», contó.

La tranquilidad, la seguridad y el ambiente familiar son las tres virtudes de la villa, según coincidieron Nicolás Salvatori y Eduardo Ferracioli.

Todo gracias a Hidronor

NEUQUEN (AN) – Hace 35 años, el sistema Cerros Colorados no existía y Mari Menuco y Los Barreales eran todavía parte de un desierto inacabable.

En 1976, cuatro años después de que los embalses se llenaran, se firmó el acta fundacional del club. La villa está ubicada en la orilla más protegida del viento. Los técnicos de la empresa estatal que construyó las presas ya habían descubierto el lugar donde aún hoy funciona el club que conserva el nombre de Hidronor. A muy pocos kilómetros de allí, hacia el oeste, creció la villa bautizada con el nombre del lago.

El desarrollo por parte de YPF del yacimiento Loma de la Lata, en épocas de Raúl Alfonsín en la Nación y de Pedro Salvatori en la provincia, permitió que se asfaltara la ruta que sube a la barda en Vista Alegre, que pasa por el club y que ahora llega a una moderna central térmica.

El tamaño de las playas del club Mari Menuco varía según el agua que los concesionarios del sistema dejen pasar por las compuertas que comunican Los Barreales con este lago.


NEUQUEN (AN) - El viejo sueño de convertir un pedazo de desierto en una apacible villa de fin de semana a orillas del embalse Mari Menuco le está dando paso al nacimiento de un polo de poder y riqueza concentrado en pocas hectáreas. Políticos, empresarios y hasta un sindicalista encontraron en este club de pesca y náutica una combinación casi perfecta entre el descanso necesario y el trabajo impostergable.

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