La música de los objetos

La compañía argentina está de gira por la región con el espectáculo “Kutumpra”, que fusiona la música, la danza y el humor. Urraka utiliza objetos de la vida cotidiana y los convierte en instrumentos musicales. Se presentará hoy en Roca, mañana en Regina y el domingo en Neuquén.

NEUQUÉN (AN).- Caños de cortinas, una tabla de lavar, tubos de plástico, chapitas de gaseosa, botellas de vidrio, una bicicleta, barriles de plástico, tubos de PVC, sartenes de cocina, el propio cuerpo. En todo puede aparecer música.

De eso están convencidos los siete integrantes de Urraka que, a partir de esos instrumentos no tradicionales, son capaces de componer una chacarera, un reggae, un chamamé, cumbia o rock electrónico, y combinarlos con altas dosis de humor y teatro.

Hermes Gaido, integrante y director artístico del elenco de Urraka –que está de gira por la región–, descubrió su pasión por el ritmo hace mucho tiempo, una pasión que se profundizó en su paso por el Choque Urbano.

“No somos músicos de formación, pero somos personas que hemos estudiado mucho”, explica al teléfono desde Buenos Aires.

Una vez más (a la manera de Mayumana, Stomp o El Choque Urbano) prima el concepto de que cualquier objeto de la vida cotidiana puede servir para hacer música y con ello la idea de que cualquier persona puede explotarlo.

En ese camino, desde hace casi dos años Hermes y compañía (gente de treinta y pico, algunos actores, otros músicos, otros que vienen de la plástica) persiguen la idea de juntar objetos de descarte, intervenirlos para resignificarlos y darles un sentido musical.

“Es –dice el artista– algo propio de las economías del Tercer Mundo. Entonces, eso también es una decisión a la hora de pensar el proyecto”.

Su espectáculo, que lleva el nombre de “Kutumpra”, fusiona la música y la danza con un hilo teatral que genera humor y comicidad, al mejor estilo de Les Luthiers o Hugo Varela. Lo hace a través de un despliegue coreográfico “que acompaña cada escena desde la precisión y el ritmo” y “desde la potencia de la percusión y los arreglos melódicos que tiene el show”.

Con todo, la compañía ofrece un espectáculo armónico, en el que se destaca la coordinación entre las partes, la creatividad y el entusiasmo que transmiten a la platea.

–¿Lo que hacen es bastante experimental?

–Tiene mucho de experimental, pero también bastante de tradicional: muchas cosas las podes encontrar en el lenguaje del teatro popular, en su gran mayoría diría yo.

–Los instrumentos son objetos intervenidos previamente…

–Al momento de decidir estéticamente eso, decidimos tratar de modificar las cosas y no dejarlas tal cual como las encontramos sino agregarles algo, con una estética más personal. Decidimos eso porque nos daba una identidad y nos llevaba a lo que eran los juegos de antes armados en el barrio, nos remitía a las viejas épocas de barrio.

–¿Por qué crees que este tipo de proyectos genera la fascinación del público?

–Creo que tiene una mezcla de cosas que llaman la atención y generan devoción. En lo que tiene que ver con el entretenimiento es un poco de vitalidad, un poco de humor, de soltura, un poco de desfachatez, de frescura. Y otra cosa que fascina es esta cuestión de llevar relatos a través de la música y no necesariamente estar haciendo una comedia musical de Broadway. Fascina eso de ser una situación renovadora que mezcla humor, teatro, la música, el uso de objetos.


NEUQUÉN (AN).- Caños de cortinas, una tabla de lavar, tubos de plástico, chapitas de gaseosa, botellas de vidrio, una bicicleta, barriles de plástico, tubos de PVC, sartenes de cocina, el propio cuerpo. En todo puede aparecer música.

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