La Nasa y los indígenas se ocupan del cambio de estación

La Nasa transmitió ayer a la tarde desde el monumental templo maya Chichen Itzá, el cambio de estación o equinoccio de primavera simbolizado en el descenso de la serpiente Kukulcán, mientras en Buenos Aires los originarios celebraron el inicio del otoño con rogativas a la naturaleza y reuniones de ancianos sabios. La agencia aeroespacial transmitió la escalera norte del castillo de Chichen Itzá donde con la caída del sol se da una proyección con forma de serpiente, siete triángulos de luz invertidos como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas del edificio, según publican medios de comunicación mexicanos.

El recorrido de las luces y sombras rematan en una cabeza de piedra dando forma así a la serpiente emplumada Kukulcán, anunciadora de fertilidad para la antigua cultura prehispánica y habitante en el hemisferio norte donde comienza la primavera. La agencia aeroespacial estadounidense transmitió por televisión y por Internet lo que para los mayas es un acontecimiento que se da dos veces en el año, la comunicación con la mítica serpiente emplumada Kukulcán relacionada con cambios de estación, primavera y otoño y por tanto con los frutos de la tierra.

Para la cosmovisión maya y sus reconocidos conocimientos de astronomía y matemáticas el hecho tiene un clar carácter espiritual, mientras que para los científicos la explicación es simplemente arquitectónica. El mundo estuvo pendiente ayer del espectáculo que este año se vio a nivel global gracias a la NASA.

Los equinoccios de otoño y primavera, días y noches iguales en toda la tierra suceden anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de setiembre, momentos en los que el sol está sobre el Ecuador.


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